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La trampa de la Reforma Energética, ¿Estaremos a tiempo para salir de ella?

Mauricio Priego 12/May/2014 0
La trampa de la Reforma Energética, ¿Estaremos a tiempo para salir de ella?

Desde que se promulgó la Reforma Energética en diciembre del año pasado se han levantado muchas voces tanto a favor como en contra, unos afirmando que la inversión privada brindará mayor eficiencia a Pemex permitiendo una mejor explotación de las reservas de petróleo del país, y los otros que estamos entregando nuestro petróleo a extranjeros de lo cual el pueblo mexicano no verá mayor beneficio. La discusión sin duda es importante y trascendental para el país, pero… ¿podemos llamar «Reforma» a una iniciativa cuyo centro por un lado es el petróleo, PEMEX y el destino de los recursos generados, y por la otra una «apertura» (que existe desde hace años) a la iniciativa privada para la producción de electricidad, cuando nuestras reservas totales de petróleo dan sólo para poco más de 33 años?




Solemos pensar en el petróleo como fuente de energía, cuando en realidad es la principal materia prima con la que se fabrican gran parte de los productos que utilizamos en el día a día:

Plásticos – Los envases de los refrescos (PET), tus tarjetas de crédito/débito, la instalación hidráulica de tu casa (PVC),  la pluma con la que escribes, la ropa que vistes (Nylon), los empaques de los productos (unicel), los juguetes de tus hijos y hasta las cubiertas y circuitos integrados de la computadora o tableta con el que estás leyendo este artículo están hechos de plástico. De acabarse el petróleo, ¿con qué se fabricarán todas estas cosas?

Aislantes – Tu automóvil, las máquinas de las fábricas, la instalación eléctrica de tu oficina y todos tus electrodomésticos y aparatos electrónicos requieren de aislantes eléctricos para poder operar sin sufrir cortos circuitos. De hecho, 

Todas las fuentes de energía eléctrica, por más renovables y limpias que sean, necesitan de aislantes, ya sea para cubrir los embobinados de los dínamos (hidroeléctricas, termoeléctricas, geotérmicas, eólicas, nucleares) o como parte integral de los paneles solares.

Y la lista en realidad es interminable: detergentes (sin ellos, ¿cómo lavarías tu ropa?), esmaltes (para pintar tu casa, tu auto o las damas sus uñas), lubricantes (para el motor de tu auto, refrigerador y lavadora), tintes (para tu pluma, tu impresora, para el pelo y para imprimir libros, folletos, volantes), asfalto (para las calles), cosméticos… y hasta en medicamentos y alimentos procesados podemos encontrar derivados del petróleo.

En base a lo anterior me atrevería a afirmar que el petróleo, junto con la electricidad, son la base de nuestro estilo de vida actual… Y no me refiero a México, sino del mundo entero.

La sociedad como la conocemos con sus avances tecnológicos y comodidades no serían posibles sin los derivados del petróleo… ¡Y lo estamos quemando!

Y los números no mienten: actualmente el 86% de la producción petrolera se utiliza para producción de combustibles. ¿Y qué pasará cuando se acabe el petróleo? Es fácil decir que entonces se tendrán otras fuentes de energía para mover vehículos e industria… pero, ¿y todos los productos anteriores que mencionábamos? ¿Cómo los vamos a sustituir?

Así que con el respeto que me merecen senadores, diputados y el propio presidente, la están regando. Además de discutir la participación de empresas privadas en la extracción de petróleo y producción de electricidad, deberían estar pensando en el futuro de México en base a la realidad arriba expuesta.

La Reforma Energética no dejará de ser tímida y miope mientras no abarque otros temas de importancia:

  • Impulsar el uso de fuentes de energía renovables entre la población,
  • Incentivar su uso en empresas, fábricas y centros comerciales,
  • Impulsar el desarrollo de tecnología nacional que use de forma más eficiente la energía,
  • Impulsar la investigación de nuevos materiales para reducir nuestra dependencia a los derivados del petróleo,
  • Impulsar el desarrollo de otras industrias para reducir nuestra dependencia a los ingresos que genera el petróleo.

¿Saben cuantas veces se hace referencia a las fuentes de energía renovable en la Reforma Energética? ¡Sólo una! Y es para indicar que se destinará parte de la producción petrolera para financiar proyectos de inversión en ciencia, tecnología e innovación de fuentes de energía renovable siempre que la producción petrolera sea superior al 3% del PIB del año anterior y con un tope máximo del 10% del incremento respecto al año anterior del saldo del ahorro público de largo plazo (Artículo décimo cuarto transitorio del decreto de reforma energética). ¿Así o más limitado? Sólo como comparativo, «petróleo» se menciona 42 veces.

Según PEMEX las reservas PROBADAS de petróleo en México en el 2009 eran de 14.3 miles de millones de barriles, las PROBABLES de 14.5 más, y las POSIBLES de 14.7, dando un total de 43.6 miles de millones de barriles (clic para agrandar).

Reservas de petróleo en México

¿Qué significa esto en realidad? Tomando en cuenta que según el INEGI la producción de petróleo de nuestro país es de 3,333,000 barriles al día…

  • Que los pozos de petróleo plenamente identificados y que estamos en disposición para explotar (Reservas Probadas) sólo nos durarán 8 años más (hasta el 2022);
  • Que de lograrse explotar los lugares donde se ha identificado por diferentes métodos de exploración que puede haber petróleo (Reservas Probables), podríamos extender nuestra producción petrolera por 12 años adicionales (hasta 2034);
  • Que de en realidad existir las reservas posibles y de que se llegasen a explotar, podríamos utilizar ese petróleo por otros 13 años (hasta 2047)

Una gran parte de quienes estamos leyendo este artículo podremos ver si las estimaciones con correctas teniendo que afrontar las consecuencias. Queda claro que la prioridad en estos momentos es garantizar los medios por los que se podrán explotar las reservas probables (cada vez a mayor profundidad, lo que requiere de mayor inversión), pero eso no disculpa la falta de visión de quienes elaboraron el decreto. Nuestra dependencia a los derivados del petróleo es gigantesca y qué decir de nuestra dependencia económica a la producción petrolera, encontrándonos apenas a tiempo para empezar a girar el barco, proteger nuestras reservas de petróleo, y reducir nuestra dependencia al oro negro.

A los mexicanos no nos falta creatividad, espíritu de innovación o capacidad técnica. Lo que hace falta es apoyar esa creatividad, esas capacidades. Y para muestra en botón: Cada año en el desierto de Australia se corre la principal carrera de autos movidos por energía solar del mundo (3,000 km), en la cual participó en 1996 Tonatiuh, el primer auto solar desarrollado en México por estudiantes universitarios.

Tonatiuh en la carrera trans-australiana

Tonatiuh en la carrera trans-australiana

Finalmente, en fechas más cercanas, el IPN desarrolló en el 2011 un auto que se recarga con celdas solares alcanzando una velocidad de 50Km/h. Señores Diputados, Senadores, Señor Presidente de la República, es hora de creer en verdad en la capacidad de los mexicanos… Y dejar de enfocarse en los votos y sus dividendos.

¡Éxito!

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