Hay muchos caminos que conducen a la libertad financiera, pero ninguno de ellos pasa por ser un comprador compulsivo. Y lo más preocupante, como suele suceder con los malos hábitos, es que normalmente un comprador compulsivo no se de cuenta que lo es. Por ello es importante saber cómo identificar objetivamente si lo somos, y mejor aún, cómo dejar de serlo.
¿Eres un comprador o compradora compulsiva?
Responde con honestidad el siguiente test, no pensando en lo que crees que deberías hacer ni en lo que te gustaría hacer, sino en lo que realmente haces:
1) ¿Con trabajo llegas al fin de quincena sin saber exactamente en qué se te fue el dinero? … [SI] [NO]
2) ¿En ocasiones no te queda dinero para pagar gastos fijos (luz, renta) pero sí compraste productos que no habías planeado adquirir al inicio de la quincena? … [SI] [NO]
3) Cuando ves una buena promoción o rebaja de precios, ¿la aprovechas aunque el producto que estás adquiriendo no estaba en tus prioridades antes de verlo en promoción? … [SI] [NO]
4) Cuando recibes tu salario, ¿realizas tus gastos sin hacer una relación por escrito previa de cuánto dedicarás a cada pago y compra que requieres realizar? … [SI] [NO]
5) Y si llevas un presupuesto, ¿Utilizas tu dinero sin apegarte necesariamente a tu plan original? … [SI] [NO]
6) ¿Le das preferencia a tus gastos y compromisos de pago antes que a tu ahorro? … [SI] [NO]
7) ¿Normalmente prefieres utilizar tarjetas de crédito o comprar en abonos en vez de ahorrar para tener el dinero suficiente y comprar con dinero en efectivo? … [SI] [NO]
8) ¿Sueles utilizar dinero que habías destinado para un fin, pensando que más adelante podrás reponerlo? … [SI] [NO]
9) ¿Consideras que tienes facilidad para pedir préstamos a conocidos y amigos, y aprovechas con frecuencia esa habilidad? … [SI] [NO]
10) ¿Te has descubierto comprando ropa, electrodomésticos, equipo para hacer ejercicio, instrumentos de cocina, medicamentos o cualquier otro producto, para usarlos tan solo unas cuantas veces y después mantenerlos guardados? … [SI] [NO]
Si respondiste SI a tres o más de las preguntas anteriores, mi amigo o amiga, eres un comprador compulsivo. Pero la buena noticia es que está en tus manos dejar de serlo, y si sigues leyendo, encontrarás cómo lograrlo.
¿Por qué te conviene dejar de comprar de manera compulsiva?
Parece mentira, pero las personas que son disciplinadas en sus gastos y tienen el hábito de ahorrar, terminan teniendo la posibilidad de adquirir más productos que los compradores compulsivos, a mejores precios, e incluso disfrutándolos mucho más:
- El llevar un presupuesto y apegarte a él te permite utilizar de manera más eficiente tu dinero. De esta manera enfocas tus recursos en aquello que en realidad aporta valor y enriquece tu vida.
- Las compras por impulso te brindan una satisfacción inmediata, pero pasajera. Una vez que lo usas, pierdes el interés por ese producto lo que te lleva a buscar otra satisfacción inmediata. Al final se convierte en un círculo vicioso que te impide alcanzar los objetivos que brindan plenitud y trascendencia a tu vida y la de tu familia.
- Al usar crédito y préstamos personales, buena parte de tu dinero se te va pagando intereses. ¿No sería mejor utilizar en tu beneficio ése dinero que hoy regalas a bancos, agiotistas y prestamistas?
- En muchas ocasiones hay ofertas que ofrecen mejores precios a quienes pagan en efectivo, lo que expande tu capacidad de ahorro.
- El ahorro te permite estar preparado para enfrentar urgencias y situaciones no contempladas aún viviendo al día, además de darte la libertad de no tener que resignarte a un empleo que no te satisface o de emprender un negocio si eso es lo que quieres.
Pasos efectivos para dejar de ser comprador o compradora compulsiva
¿Quieres dejar de comprar compulsivamente? Sigue con disciplina estos pasos y te garantizo el éxito de tu esfuerzo:
1) Sé honesta contigo mismo
Reconoce que eres una compradora compulsiva. Todo proceso de mejora comienza por la aceptación.
2) Lleva un presupuesto
Debes incluir incluso la compra de ropa, regalos y en general de todos los gastos que planees tener. Tu presupuesto debe cumplir con tres premisas básicas:
- Debes priorizar el ahorro. Lo importante no es tanto el monto sino que empieces a hacerlo, siendo recomendable que tu primer objetivo sea crear tu propio fondo de emergencias.
- Tus gastos deben ser menores a tus ingresos, y si esto no se cumple, ajusta tus gastos.
- No planees gastar todo tu dinero. Siempre es preferible manejar una zona de amortiguamiento para los gastos imprevistos que seguramente encontrarás en el camino.
3) Permite a tu subconsciente ayudarte
Cuando veas un producto que te guste y que no hayas planeado comprar, déjalo en su lugar diciéndote a ti misma que posteriormente regresarás por él. Concluye tu objetivo inicial (hacer las compras de la casa, ir al cine, conocer la plaza, platicar con tu amiga en el café), y descubrirás que en la mayoría de los casos en menos de una hora se te habrá olvidado.
4) Evalúa la prioridad del producto
Si al final regresas por el producto, compara su costo contra el de productos que sí requieres. Una blusa puede costar lo mismo que medio tanque de gasolina. Un celular puede ser más caro que la colegiatura de tus hijos. Nuevamente sé honesta, ¿realmente vale la pena?
5) Evalúa los beneficios reales que te aportará el producto
Si después de comparar su costo sigues pensando en que deberías adquirirlo, toma lápiz y papel y escribe 5 beneficios objetivos y tangibles que te brindaría el producto y que no obtengas con otros productos que ya poseas actualmente.
6) Incluye la compra del producto en tu presupuesto
De pasar los tres puntos anteriores, sería razonable pensar que el producto va a satisfacer una necesidad real. En ese caso, toma tu presupuesto y realiza los ajustes necesarios para que puedas adquirirlo en la siguiente quincena. Eso sí, no olvides respetar las tres premisas que vimos anteriormente en el punto 2.
¿Y qué pasaría si no se puede esperar a la siguiente quincena? Bueno, de cualquier modo toma tu presupuesto y decide qué gastos dejarás de hacer para poder adquirirlo. Subrayo: No se trata de posponer gastos ya planeados, sino de ya no realizarlos. «¡Es que no puedo dejar de realizarlos!» Si es el caso, ése producto que crees que no puede esperar en realidad no es prioritario.
7) ¿Y las compras a crédito?
No pretendo satanizar las compras a crédito. Revisa tu presupuesto para confirmar si puedes absorber el nuevo compromiso, siempre respetando las premisas del punto 2. Para más información te recomiendo el artículo ¿En verdad existen Deudas Buenas y Deudas Malas?
Dejar de ser comprador o compradora compulsiva está en tus manos. Es sólo que tengas voluntad y determinación, ¡y podrás cosechar los frutos de tu esfuerzo!
¡Éxito!
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Referencias
- Cómo combatir las Compras por Impulso, el arma secreta de los comercios
- ¿Cuál es el verdadero valor del Ahorro?
- El Decálogo del Comprador Responsable e Inteligente
- 10 Consejos para la elaboración de tu presupuesto
- La Zona de Amortiguamiento – Dando flexibilidad a tu presupuesto
- Cómo crear tu propio Fondo de Emergencias
- ¿En verdad existen Deudas Buenas y Deudas Malas?
- Imagen: icesi