Uno de los grandes retos a la hora de realizar un presupuesto o de planear un proyecto es que no se tiene una bola de cristal para saber qué sucederá en el futuro. Y si no sabes qué va a suceder, ¿cómo lo puedes planear? Como ejemplo les cuento una anécdota: un amigo cercano quería comprar un auto nuevo, teniendo el dinero para el enganche y un nivel de ingreso que le permitía absorber el pago de la deuda sin afectar su flujo de efectivo. Sin embargo dudaba ante la incertidumbre propia del mañana: ¿Y si pierdo mi empleo? ¿Y si alguien en la familia se enferma? ¿Y si surge un imprevisto? La respuesta que le dí a mi amigo – quien por cierto terminó comprando el auto – es la misma que hoy les doy a ustedes: implementa en tu presupuesto una zona de amortiguamiento.
Definición
La Zona de Amortiguamiento busca darte flexibilidad para adaptar tu presupuesto de forma dinámica ante los imponderables propios de la vida, es decir, te permite hacer frente a una emergencia, a un gasto no contemplado o a una variación temporal de tus ingresos sin necesidad de replantear todo el presupuesto, y mejor aún, sin necesidad de endeudarte.
Esta zona está conformada por dos tipos de rubros:
- Provisiones que te permiten tener dinero ahorrado para el momento de presentarse el imponderable,
- Gastos que puedes reducir o aún suprimir sin afectar de forma importante la calidad de vida de tu familia o el cumplimiento de tus compromisos financieros (rentas, deudas, préstamos, hipotecas, etc.)
Cómo implementar tu Zona de Amortiguamiento
1. El rublo Gastos no Contemplados
A la hora de estar presupuestando tus diferentes gastos y compromisos incluye entre ellos un rubro que se llame Gastos no Contemplados, el cual te servirá para cubrir las sorpresas que, sin ser emergencias, te guarda el futuro: Que se te desinfló una llanta, te llegaron visitas de imprevisto, te invitaron a una boda y hay que llevar el regalo o que te pusieron una multa de tránsito entre tantos otros ejemplos.
Pero no es obligación gastar el dinero de este rubro. Si al llegar tu siguiente período de pago no tuviste que utilizarlo, ahórralo: así tendrás un colchón mayor para enfrentar algún gasto futuro.
Contempla destinar para tus Gastos no Contemplados entre un 3% a un 5% de tu ingreso.
2. El Fondo para Emergencias
Otra buena práctica es provisionar – es decir, ahorrar – un cachito de tu ingreso para emergencias. Este fondo no debes tocarlo a menos que se presente una emergencia real, y no para pagar la multa o las visitas de improvisto que veíamos en el punto anterior por más urgentes que te parezcan. Al tomar «pedacitos» de tu fondo para emergencias lo único que logras es debilitar tu capacidad de reacción ante una emergencia futura.
¿Qué se considera entonces una Emergencia? Realmente depende de cada quién, aunque la definición de diccionario es una situación de apuro o peligro que requiere atención inmediata. En lo personal considero emergencia una enfermedad que requiera atención médica, la avería del auto familiar, una fuga de agua en tu casa, un corto circuito… podría decir que aquello que de forma honesta y congruente ante la falta de dinero no puedes dejar para después.
Contempla destinar para tu Fondo de Emergencias entre un 1% y un 3% de tu ingreso cuando menos.
Un consejo adicional: Ante una emergencia, primero trata de absorberla con el dinero destinado a Gastos no Contemplados.
3. Identifica tus Gastos Flexibles
Existen algunos gastos que a diferencia de la colegiatura o el pago de la renta de tu casa, puedes reducirlos e incluso llegar a suprimirlos de ser necesario. Identificarlos es importante para que llegado el momento puedas ajustar tu presupuesto ante un gasto no periódico que sabes vas a tener o una variación en tus ingresos.
Trataré de ser más claro. Supongamos que ganas $3000 y lo distribuyes usualmente de esta manera:
Renta……………………………. $1000
Luz, agua, teléfono………….. $360
Gasolina………………………… $400
Compras del hogar………….. $800
Gastos no Contemplados….. $90
Fondo de Emergencias…….. $50
Convivencia familiar……….. $200
Salida con los amigos………. $100
De estos rubros hay cuatro que puedes reducir y dos que podrías suprimir, adicionalmente a las provisiones vistas en los dos puntos anteriores:
Reducir: Compras del hogar (Comprando lo mínimo necesario), Gasolina (Reduciendo las salidas a las indispensables), Convivencia familiar (Dejar de ir al cine o a comer fuera de casa), Salida con amigos (En lugar de tomar cervezas, ir a un café donde puedas rellenarlo)
Suprimir: Convivencia familiar (Quedarse en casa los fines de semana o a lo mucho ir al parque con los niños) y Salida con los amigos.
Veamos un par de ejemplos del ajuste de tu presupuesto:
- Tuviste que faltar al trabajo por lo que te descuentan ése día de tu pago, de forma que en lugar de recibir los $3000 recibes únicamente $2800. En este caso podrías reducir tu gasto para convivencia familiar a $100 y suprimir la salida con los amigos.
- Sabes que tendrás que llevar a tu hija al dentista para que le curen una caries por lo cual te cobrarán $400. Para cubrir este gasto podrías suprimir los gastos de Convivencia Familiar y Salida con los Amigos. Adicionalmente la caries es una emergencia, por lo que tomas los $50 que le corresponden y los $50 faltantes de Gastos no Contemplados, con lo cual te quedan aún $40 para algún otro imponderable.
Recomendaciones finales
Haz todo lo posible para evitar tocar tus provisiones para amortiguamiento. Lo ideal sería que logres tener ahorrados el equivalente a dos meses en tu fondo para gastos no contemplados ($360 en el ejemplo) y tres en tu fondo para emergencias ($300).
Recordemos que la Zona de Amortiguamiento es una estrategia para dar flexibilidad a tu presupuesto de forma que puedas enfrentar las sorpresas que suele darnos la vida, pero no son una solución si tu problema es que tus ingresos no cubren tus necesidades. La única solución real ante ello es incrementar tus ingresos.
¡Éxito!
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es un articulo muy bueno voy a empezar a llevarlo acabo espero e salga bien
Isabel, me alegra que el artículo te haya sido de utilidad y que te esté sirviendo para mejorar la gestión de tus finanzas. Esa es nuestra mejor recompensa 😀
¡Éxito!
Estimado Ing. Priego,
efectivamente, como bién dice Bernardo Balvanera (saludos), ‘es justo el artículo y aclaración que me hacía falta’. Ahora bién, dentro de mi modesta opinión, considero los porcentajes indicados tanto para imprevistos, como para emergencias, DEBEN guardarse y/o ahorrarse quincenal (si se puede) o mensualmente (casi obligatorio), de manera constante, estoy en lo cierto?. Como comentario, diré que hace unos meses falleció mi esposo inesperadamente y, mi hijo, hubo de hacer frente a los gastos inherentes al deceso, ya que nadie más contaba con el ‘apoyo, flexibilidad y fluidéz económica’ necesaria para cubrir la suma en cuestión, por demás, onorosa (es cierto que, posteriormente se reembolsan los gastos suscitados aquien haya desembolsado, pero, en el momento SE TIENE QUE LIQUIDAR, PESO SOBRE PESO). Por lo que, si se guardara unicamente un mes, en los rubros arriba mencionados, JAMÁS se tendría para solventar emergencias de la envergadura mencionada, por no hablar de sutuaciones aún mayores.
Quisiera agregar, como corolario, que me ha resultado sumamente difícil el ‘obligarme’ a hacer y, sobre todo a ‘respetar’ mi presupuesto, el cual me costo ‘el mar y sus pescaditos’ y, que será un reto total el agregar y mantener mi «Zona de Amortiguamiento». Gracias por esclarecer mis dudas al respecto y, sobre todo, por su valioso tiempo, empleado en apoyo para todos aquellos que seguimos ávidamente sus escritos, consejos y conocimientos.
Reciba mi más cordial saludo, respeto y consideración.
Que tal Mauricio.
Este es justo el articulo que me hacia falta. Cuando comence a presupuestar, supuse que cada centavito debia tener un uso. Esto me llevo a tener un rubro para cada peso que gano y aunque al principio se veia muy bien, posteriormente me di cuenta que no tenia flexibilidad, cualquier impoderable/imprevisto me sacaba totalmente de presupuesto muy a pesar de, segun yo, tener todo bajo control. Definitivamente el ahorro es la herramienta mas importante para evitar desfalcarte al final de la quincena por un imprevisto.
Una sola pregunta me queda, cuando hablas de destinar un porcentaje a cierto fondo ya sea para imprevistos o para emergencias, ese porcentaje debe guardarse quincena tras quincena? O solo deberas tener guardado, por ejemplo, el 3% de tu ingreso de un solo mes y ya?
Gracias por la informacion. Muy util como siempre.
Bernardo,
Tu provisión – es decir, el porcentaje – debieras separarlo y ahorrarlo quincena tras quincena. Ahora bien, es totalmente válido definir un monto que si llegas a rebasarlo, entonces estás en la libertad de utilizar el dinero destinado a la provisión para otros fines como pudiera ser gastarlo dándote un gusto (bien merecido por alcanzar el monto objetivo), o invertirlo en CETES u otro instrumento. Lo que nunca debes hacer es considerarlo como parte de tus gastos por más que hayas rebasado el tope definido, ya que el día que tengas que utilizar ése fondo, tu aportación quincenal te permitirá recuperarlo poco a poco.
Ahora bien, este monto te sugiero no sea menor al equivalente a 3 meses de tus aportaciones, o mejor aún, a un gasto proyectado a esos 3 meses. A qué me refiero, si en tu zona de amortiguamiento consideras una provisión para gastos médicos, y sabes que la consulta más las medicinas no bajan de $200 (por poner un número), sin importar cuánto separes en la provisión el monto objetivo debiera ser superior a $600.
El tiempo y la experiencia te permitirán afinar la estrategia.
Cualquier duda adicional, no dejes en compartirla.
¡Éxito!