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¿Llegó el fin de las cuentas fiscales bancarias?

Mauricio Priego 12/Sep/2022 2

Es común que, al conversar con emprendedores, trabajadores independientes, comerciantes o empresarios, se refieran a las cuentas bancarias donde realizar las operaciones de sus respectivos negocios como «Cuentas fiscales«. Sin embargo, debido a la tecnología, el concepto original de dichas cuentas es ya obsoleto.

¿Llegó el fin de las cuentas fiscales bancarias?




Origen de las Cuentas Fiscales Bancarias

Como sabemos, el objetivo de toda actividad económica es generar ingresos. Y, al mismo tiempo, tiene pagos que realizar por productos y servicios. Para realizar estas operaciones, lo mejor es abrir una cuenta bancaria.

Ahora bien, en un principio el fisco – o Hacienda, como prefieras – no tenía manera de saber qué pasaba en las cuentas bancarias, a menos que solicitasen explícitamente la información al banco en base a una auditoría en proceso, o porque un juez lo ordenase.

Como resultado de los puntos anteriores surgieron las «Cuentas Fiscales», es decir, cuentas para llevar las operaciones financieras de negocios y comercios, diferenciándolas de las cuentas personales para uso particular.

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El advenimiento del timbrado fiscal

Desde hace algunos años, todas las transacciones bancarias en México comenzaron a timbrarse. Es decir, se genera un CFDI (Cual si fuera una factura electrónica) donde se registra quién hizo qué operación.

De esta manera, más allá de que existen leyes que obligan a los bancos a reportar al SAT operaciones sospechosas (Como depósitos en efectivo de 15 mil pesos o más al mes), en los servidores de Hacienda quedan registradas las transacciones.

Debido a esto, todas las operaciones realizadas en el sistema financiero mexicano ya son fiscalizadas.

No importa si es un depósito en efectivo, una transferencia o un pago por medios electrónicos. Tampoco importa el monto, ni el tipo de cuenta (Personal, de negocios, de inversión, universitaria). Todas y cada una de las operaciones, se fiscalizan.

Es en base a esto por lo que hablar de «Cuentas fiscales» ya es obsoleto: Todas son fiscales.

¿Vivimos un «Big Brother» fiscal?

No estamos hablando de terrorismo fiscal, ni tampoco de estar siendo constantemente observados. Tus 20 o 200 operaciones que haces al mes no son nada entre los miles de millones de operaciones que se realizan en todo el país.

Sin embargo, existen – y se usan – algoritmos informáticos basados en el análisis estadístico de grandes cantidades de datos (técnicamente, BigData) para identificar actividades sospechosas o discrepancias fiscales.

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Es por ello por lo que, si tu promedio de ingresos es de 20 mil pesos mensuales y un día recibes un depósito de un millón, seguramente llamarás la atención del SAT.

Desde luego, si ese millón es el resultado de recibir un seguro de vida, Hacienda sabrá que el depósito vino de una aseguradora. En un escenario de este tipo, es factible que espere a la declaración anual para que ahí justifiques la procedencia del dinero.

Pero, de otro modo, podría requerirte – o incluso congelar tus cuentas – para que justifiques el origen del dinero, y pagues los impuestos correspondientes de ser el caso.

Cuentas empresariales, evolución de las cuentas fiscales

Si bien como ya vimos, todas las cuentas bancarias son cuentas fiscales en la actualidad, existen las llamadas Cuentas Empresariales.

Éstos son productos especializados que ofrece la banca, con beneficios pensados para negocios y patrones, los cuales no le brindarían mayor valor a un particular.

Adicionalmente, bajo condiciones específicas, el gobierno exige la utilización de cuentas con características especiales. Un ejemplo de ello es la entrega de apoyos a negocios.

Si bien popularmente se les sigue llamando «cuentas fiscales», en realidad son Cuentas Empresariales.

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Más allá de lo anterior, es posible que para tu negocio utilices una cuenta personal. Esto es muy común entre emprendedores, pequeños comerciantes y profesionistas independientes. No obstante, procura utilizar cuentas diferentes para la operación de tu negocio y para la administración del gasto familiar.

¿Motivo? Dos principalmente:

  • Separar tus gastos de los de tu negocio, de manera que no utilices para gastos del hogar el dinero que debería servir para resurtir tu inventario;
  • En caso de una auditoría o revisión de Hacienda a tu negocio, no hagan ruido tus movimientos personales.

¡Éxito!

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Referencia

2 Comentarios »

  1. Lourdes Ávila 16/Sep/2022 en 8:14 am - Responder

    Muy buen aporte

    • Mauricio Priego 18/Sep/2022 en 11:51 am - Responder

      Hola Lourdes,
      Me alegra que la información te haya sido de utilidad, ésa es mi mayor recompensa 🙂
      ¡Excelente día!

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