Hace algunos días la CNBV, Banxico y Hacienda, de forma conjunta, dieron a conocer que los bancos que operan en México no tienen permitido ofrecer al público operaciones con criptomonedas, entre ellas el Bitcoin. Pero ¿Qué hay detrás de esta medida?
Si bien los defensores de las criptomonedas lo ven como un bloqueo de gobiernos y blancos centrales por no convenirles a sus intereses, hay un tema de fondo que no podemos pasar por alto: La garantía que deben dar los bancos a sus clientes sobre su dinero.
Los bancos están obligados a garantizar los ahorros de sus clientes
Cuando una persona deposita dinero en un banco, el banco está obligado a devolverle su dinero, junto con los intereses que correspondan, dentro del plazo acordado.
Lo anterior además es respaldado por el IPAB, el cual protege el dinero de los ahorradores hasta por 400 mil UDIS (algo más de 2 millones y medio de pesos actualmente) en caso de que el banco quiebre.
Por lo anterior, la regulación bancaria en México establece que los bancos no pueden utilizar instrumentos especulativos en sus operaciones. Y esta limitación no se limita sólo al bitcoin y demás criptomonedas, sino a bonos basura, activos tóxicos y otros instrumentos que en el pasado han provocado la quiebra de bancos alrededor del mundo, al no poderle regresar a sus ahorradores su dinero.
El efecto devastador de los activos tóxicos
Hace apenas 14 años, en el 2008, se desató una crisis financiera mundial debido a que muchos bancos invirtieron en el mercado hipotecario de Estados Unidos, donde una sola persona podía tener múltiples hipotecas sobre una misma propiedad, y los requisitos para solicitarlas eran realmente mínimos.
Al final las personas se vieron imposibilitadas de pagar tantas hipotecas perdiendo sus propiedades. Pero esas propiedades no significan dinero hasta que no se vendan, y eran tantas para vender al mismo tiempo, que provocaron el colapso del mercado inmobiliario norteamericano.
El problema fue que bancos americanos y europeos apostaron por el mercado hipotecario, invirtiendo en él el ahorro de sus clientes. Cuando colapsó el mercado, perdieron el dinero, y ya no pudieron cumplir con las obligaciones contratadas con sus clientes, cerrando muchos de ellos.
La crisis hipotecaria del 2008 – 2009 generó el colapso económico y financiero más grave desde la Gran Depresión de la década de 1930.
Fondo Monetario Internacional (FMI)
¿Y que tienen que ver los activos tóxicos con las criptomonedas?
En su momento los bancos depositaron el dinero de sus clientes en instrumentos que ofrecían altos rendimientos, bajo la premisa de que, al ser hipotecas, las personas pagarían sus deudas y los bancos recuperarían el dinero con intereses. Lo que no se les ocurrió pensar fue que el modelo hipotecario americano era tan laxo, que era muy sencillo que las personas se vieran rebasadas por sus deudas y dejaran de pagar. Lo cual, por cierto, ocurrió.
En el caso de las criptomonedas no hay absolutamente nada que respalde su valor, careciendo totalmente de valor intrínseco.
Su precio sólo lo mantiene la especulación y avaricia de quienes invierten en ellas. Por lo menos, en los activos tóxicos del 2008, detrás del mercado hipotecario había bienes inmuebles tangibles.
En conclusión, las criptomonedas tienen un riesgo implícito mucho mayor que el de las inversiones hipotecarias del 2008-2009.
Garantizar el ahorro, incompatible en operaciones con criptomonedas
Es por ello que las entidades regulatorias (CNBV, Banxico, Hacienda) han establecido que los bancos no pueden operar con criptomonedas: No podrían garantizar, en un momento dado, la devolución del dinero a sus clientes.
Por cierto, ¿Sabías que en 2008, siempre por regulación, los bancos mexicanos no tenían dinero invertido en activos tóxicos?
El resultado fue que a México no le pegó tan fuerte la crisis financiera, e, incluso, salió tan fortalecido que internacionalmente se le llamó a nuestra moneda «El súper peso», llegando incluso a haber en México deflación por algunos años, es decir, baja de precios en los productos de la canasta básica.
Quien no conoce su historia, está condenado a repetirla
¿Y la libertad de todo ciudadano de decidir dónde invertir?
Esta libertad está intacta: ¿Quieres invertir en criptomonedas? ¡Adelante! Pero en las plataformas adecuadas para ello. En México tenemos Bitso, regulada por la CNBV y Hacienda, lo que te brinda certeza legal como inversionista.
¡Éxito!
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Referencias
- Inversionistas Rebeldes – Comunidad en Facebook
- Bitcoin, ¿Especulación o inversión? – Caso de estudio – PractiFiananzas
- Los bancos no pueden ofrecer al público operaciones en criptomonedas – El Financiero