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El empoderamiento de la mujer en las finanzas personales

Mauricio Priego 09/Mar/2020 0
El empoderamiento de la mujer en las finanzas personales

Un mundo sin mujeres… Como profesionista, como varón, como hijo, padre, hermano, compañero de vida y amigo, no imagino ese mundo. Su valía y aportación, desde la vida familiar hasta el desarrollo de la humanidad, van más allá de cualquier reconocimiento que como sociedad – y en particular, como hombres – les podamos dar. De hecho, no lo requieren. Lo merecen por derecho propio. Y mi manera de apoyarlas en este día es dando lo que mejor sé hacer: escribir. En este artículo veremos habilidades financieras innatas que fortalecen el empoderamiento de la mujer y que, si empresas y cónyuges las reconociéramos y apreciáramos, nos sería más sencillo alcanzar el bienestar y desarrollo económico en hogares y negocios.




 1. Diversificación de ingresos

Si bien histórica y culturalmente se ve al hombre como el sostén de la casa, la realidad es que solemos enfocarnos en una única fuente de ingresos. Las mujeres, en cambio, comprenden que tener una única llave pone en riesgo a sus familias, así que buscan diversificar. ¿Cómo? Vendiendo productos por catálogo, elaborando repostería, costurando, elaborando bisutería… ¡Al mismo tiempo que también tienen un empleo fijo o un negocio propio!

Y esa diversificación ha salvado a muchas familias de no pasar hambre cuando al varón le va mal en el trabajo, siendo también la semilla de muchos negocios que hoy son prósperos y exitosos.

2. El poder de la planeación

Hay una canción del compositor mexicano Chava Flores donde, un hombre, le da a su esposa 2 pesos pretendiendo que pague con ellos la renta, el teléfono, la luz y las compras de la casa. Y que, además, le guarde el cambio. («La Bartola» de Chava Flores)

La canción, claro está, es una sátira a una realidad social. Pero refleja a la perfección la habilidad de la mayoría de las mujeres para hacer que el dinero rinda y se utilice en lo que es prioritario, por más pequeña que fuese la cantidad de la que dispongan.

Al desarrollar esta habilidad, manteniendo el control de gastos en la época de prosperidad, y una adecuada priorización de los recursos durante los días de retroceso, nos sería más sencillo alcanzar una sólida estabilidad financiera

3. Obtención de ahorros

Si bien existe el estereotipo de la mujer como compradora compulsiva – y es innegable en muchas ocasiones -, también es cierto que en su naturaleza está el identificar ofertas, evaluar costo-beneficio mientras caminan por los pasillos del súper, y memorizar y comparar de manera automática precios.

Lo anterior se traduce en generar ahorros a la economía familiar o a la empresa. Y si ese dinero se deposita en cuentas de ahorro o inversión, el beneficio puede llegar a ser mucho mayor.

4. Gestión del riesgo

Por motivos principalmente culturales, las mujeres suelen ser más prudentes que los hombres a la hora de poner en riesgo el bienestar de la familia (o de la empresa). 

Pero no nos confundamos,

Prudencia no significa falta de valentía, determinación o coraje. Es realizar una evaluación conservadora de los riesgos, sin minimizarlos, sopesando el costo que la materialización del riesgo tendrá sobre los recursos disponibles.

En palabras simples, las mujeres, por naturaleza, tienen una mayor habilidad para visualizar los impactos negativos de una decisión, por lo que pueden prever sus consecuencias y prepararse para ello.

El empoderamiento de la mujer pasa por la humildad 

Como todo ser humano, las mujeres también tienen zonas de oportunidad.

En nuestra cultura occidental considero, como su reto más importante, que logren zafarse de la presión social que las orilla a ser grandes consumidoras.

La mayor parte de los anuncios publicitarios están dirigidos a ellas. Los códigos de vestimenta las presionan a gastar de más en ropa y accesorios. Son el mercado objetivo de un sinnúmero de comercios y proveedores de servicios.

Su segundo mayor reto lo comparten con los hombres.

Nuestras diferencias en habilidades, puntos de vista y mentalidad pueden enfrentarnos, o complementarnos. Y somos nosotros, mujeres y hombres, los que decidiremos cuál será el resultado.

En lo personal abogo porque nos complementemos para alcanzar una verdadera sinergia. El empoderamiento de la mujer es clave para que tanto ellas, como los hombres y cualquier ser humano en general, alcancemos nuestro máximo potencial.

¡Éxito!

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Referencias

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