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¿Para qué pagar un seguro?

Mauricio Priego 20/Sep/2012 10

¿Para qué pagar un seguro?Con esta pregunta empezó una entrañable amiga – Nora, un abrazo – a cuestionarme sobre la pertinencia de los seguros, sobre su funcionamiento y operación. Siendo la protección de tus recursos una de las habilidades financieras necesarias para alcanzar la tranquilidad financiera, comparto con ustedes las respuestas a las preguntas que me fueron hechas, confiando aportar de esta manera mi granito de arena para el desarrollo de la cultura de los seguros. Con ella no sólo proteges a tu familia y a tu economía, sino que además ayudas a tu país a salir adelante.




1. ¿Para qué pagar un seguro?

Cada día que vivimos estamos sujetos a diferentes riesgos, necesitando de recursos para poder enfrentar sus consecuencias en caso de volverse el riesgo realidad. Entre los riesgos más comunes podemos citar:

  • Sufrir un accidente con tu automóvil,
  • Daños ocasionados a terceros como pueden ser lentes rotos o un ventanal destrozado durante un juego infantil,
  • Daños ocasionados por fenómenos naturales (temblores y huracanes) y delincuentes en tu hogar,
  • Hasta eventos más graves y difíciles como puede ser perder la vida dejando desamparados a quienes dependen de nosotros, o sufrir una enfermedad degenerativa como el cáncer, que puede llevarnos a perder nuestro patrimonio.

En todos estos casos necesitas de dinero tanto para resarcir a otras personas por los daños ocasionados bajo tu responsabilidad, así como para reparar, recuperar o reponer tus bienes ante un siniestro.

Subrayo que no se trata de vivir preocupados por los riesgos que nos rodean, pero sí de tener la tranquilidad de que tendremos cómo responder ante situaciones fortuitas que se escapan de nuestras manos.

2. ¿No sería mejor ahorrar ese dinero y no tocarlo hasta que sea necesario?

Si bien el contemplar en tu presupuesto un fondo para emergencias es altamente recomendable, el costo que puede dejarte un siniestro fácilmente puede dejar atrás a tus ahorros.

Considera la pérdida total de tu vehículo, el daño ocasionado a una casa por la intensa lluvia y el viento ocasionado por un huracán, o los daños que puede ocasionar la barda de tu casa al desmoronarse y caer sobre el coche de tu vecino. Y si cada una de estas situaciones independientes rebasa seguramente tus ahorros, piensa que ocurran al mismo tiempo. Y no es una situación hipotética: estoy describiendo lo que me pasó con el huracán Isidoro cuando afectó Mérida en septiembre del 2002. En esa ocasión hice uso del seguro del coche, del de la casa y del de responsabilidad civil al mismo tiempo. Afortunadamente no sufrimos pérdidas ni daños personales.

Más allá de los desastres naturales, considera que hay enfermedades largas y costosas como la diabetes o el cáncer, la posibilidad del que  fallezca el sostén de la casa dejando ahorros que en la mayoría de los casos servirán únicamente para el entierro y algunos meses más a lo sumo, así como la existencia de centros comerciales con cristalería muy cara al alcance de los niños. Y si a todo esto sumamos el hecho de que el hábito del ahorro en nuestro país es muy bajo, un ciudadano común difícilmente podrá contar con el ahorro necesario para enfrentar cualquiera de estos eventos.

3. Si nunca usas el seguro, ¿te regresan el dinero?

En la mayoría de los casos, no. Las aseguradoras son expertas en probabilidad y estadística, ajustando las primas al riesgo de que un evento ocurra, siendo su ganancia precisamente que el evento asegurado no se presente con lo cual no tienen necesidad de resarcir por los daños al asegurado.

Ahora bien, hay un tipo de seguros, llamados Dotales, en los cuales al final de un período sí se devuelve el dinero al asegurado. Es el caso de los seguro dotales para los estudios de los hijos o de los seguros dotales para el retiro, en los cuales, si el asegurado fallece, se entrega la cantidad asegurada a los deudos, pero si sobrevive al período contratado, se le entrega el dinero contante y sonante al propio asegurado para que haga uso de él.

Sin embargo la lógica general de los seguros es proteger en un esquema de mutualidad, en donde con las aportaciones de todos se cubren las pérdidas de unos cuantos. Esto es muy claro al darnos cuenta de que por un auto en el que el costo anual del seguro es en promedio $4,000 nos pagarían en una pérdida total al rededor de $150,000… Sin el concepto de mutualidad esto no sería posible.

4. ¿Qué beneficio tienes si nunca usas el seguro?

En el caso de los seguros, no hay un beneficio en rendimientos o intereses que el asegurado llegase a tener. El beneficio inmediato es la tranquilidad de saberte protegido y de que no sufrirás un quebranto financiero por situaciones fuera de tu control.

Ahora bien, es un error la frase «hay que contratar un seguro deseando no tener nunca que usarlo» (a excepción quizá del seguro de vida, claro). Las coberturas te brindan diversos beneficios adicionales, más por la desidia de no leer los incisos de la póliza y por la falta de una verdadera asesoría por parte del agente de seguros, la mayoría de la población los desconoce, con lo cual se queda sin disfrutar de los beneficios.

Por ejemplo,

  • El seguro del auto normalmente incluye el servicio de grúa en caso de que tu automóvil se descomponga, incluso encontrándote en otra ciudad. También incluye en muchas ocasiones el servicio de cambio de neumáticos desinflados o el paso de corriente en caso de batería descargada
  • Muchos seguros de casa incluyen el seguro de responsabilidad civil de sus habitantes, y aún los gastos médicos por accidente de las personas contratadas para las labores domésticas. Es más, llegan a tener servicio de cerrajería, plomería o servicios eléctricos en caso de urgencias.
  • Asesoría médica, asesoría legal, renta de automóviles, noches de hospedaje, ubicación de hoteles, restaurantes, hospitales o clínicas, todos estos son muestra de los diferentes beneficios que puedes tener a través de tu seguro.

5. Si el deducible y el coaseguro los paga uno, ¿de dónde paga el resto la aseguradora?

En primera instancia, del esquema ya comentado de la mutualidad. Más como decíamos anteriormente, las aseguradoras determinan el costo de las primas en base de la probabilidad de ocurrencia de un siniestro, de forma que tengan recursos para hacer frente a los compromisos contratados (tampoco es cierto que las aseguradoras busquen no pagar a sus asegurados, ya que cuentan con un esquema de vigilancia y creación de reservas para pago de siniestros más fuerte que la que tienen lo bancos en nuestro país, por lo que no existe el riesgo de que una aseguradora evite el pago de un reclamo salvo que se trate de algo expresamente excluido por el contrato correspondiente).

Por ejemplo: La probabilidad dice que 1 de cada 1,000 autos serán robados en el año. Un auto cuesta digamos $200,000, por lo que la prima mínima sería de 200,000/1,000 = $200, de forma que sumándole la utilidad, terminarán cobrándote la prima en $300 anuales. Ahora bien, si vives en una ciudad donde sabes que hay muchos robos, ¿no vale la pena pagar $300 para proteger los $200,000 que tienes invertido en el coche? Reconozco que el cálculo de la prima no es tan simple, pero sí permite ver de dónde sacan el dinero las aseguradoras.

Ahora bien, en casos de desastres de gran amplitud como huracanes o terremotos, las aseguradoras se encuentran respaldadas por organismos internacionales que a su vez las aseguran a ellas (a las compañías aseguradoras), de forma que puedan responder ante situaciones extremas.

6. ¿Cuál es el negocio de las aseguradoras?

En resumen, el negocio de las aseguradoras es el manejo de la probabilidad y la estadística. Es por ello que el mismo seguro de vida es más económico para un joven que para una persona de la tercera edad, que un deportista disfruta de un seguro más económico que un fumador de vida sedentaria, o que el costo del seguro de cobertura total dependa de la marca y del modelo del vehículo asegurado. La idea es ofrecer un seguro cuya prima sea razonable para el asegurado, y que el volumen de seguros contratados por sus clientes le permitan hacer frente a sus compromisos, absorber sus costos de operación (empleados, rentas, publicidad) y además dejarles una utilidad.

Como ejemplo de lo anterior les comparto lo siguiente. El primer seguro que pagué por la casa donde vivo fue de $35 mensuales en 1998, después del huracán Isidoro (2002) subió el costo de la prima en más de un 100% a los $85, y después del 2005, año nefasto por sus huracanes (Dennis – Categoría 4, Cuba; Emily – Categoría 5, Tamaulipas; Katrina – Categoría 3, Nueva Orleans; Rita – Categoría 5, Texas; Stan – Categoría 1; Veracruz y Chiapas;  Wilma – Categoría 5, Cancún), la prima subió casi un 300% rebasando los $257.

Para concluir, una pregunta que agrego yo: ¿Por qué beneficia una cultura de seguros extendida entre la población a un país?

La mayoría de los países tienen reservas para hacer frente a desastres naturales. Los desastres, además de poner en peligro la vida de los ciudadanos y dañar sus hogares, también afecta la infraestructura (carreteras, telefonía, distribución eléctrica), la industria, los comercios y al campo. Las personas necesitan alimentos, agua y medicinas, y el país necesita además reactivar la economía.

Cuando hay una cultura extendida de los seguros, las aseguradoras reparan y reconstruyen hogares, fábricas y oficinas. Reponen inventarios dañados, ganado y cosechas perdidas. De esta manera los recursos del gobierno pueden enfocarse en los más necesitados y en las actividades más urgentes como restablecer los servicios de salud, la distribución eléctrica y las comunicaciones. Es un gran ejemplo de cómo gobierno y ciudadanía pueden trabajar hombro con hombro para sacar adelante al país después de un desastre.

¿Parece algo irreal? Pues bien, en el 2011 un tsunami devastó buena parte de la costa japonesa poniendo en jaque a la comunidad internacional por la afectación a una planta nuclear. Ese mismo año, otro terremoto devastó una amplia zona de Haití. Haciendo memoria, mientras Haití necesitó en gran medida del apoyo internacional para poder salir adelante, Japón lo logró en mucho menos tiempo y prácticamente solo. ¿La diferencia entre ambas? La cultura y sensibilidad de los ciudadanos sobre cómo sus esfuerzos individuales se suman para sacar adelante al país… No en balde lograron reconstruir su nación y proyectarla como una de las primeras potencias mundiales siendo el único país que ha sido devastado por armas atómicas.

Finalmente una reflexión: de existir una cultura más amplia de seguros se tendrían diversos beneficios inmediatos, entre ellos:

  • Primas más bajas
  • Mejores ofertas de proveedores de aseguradoras
  • Generación de riqueza interna por su aportación al Producto Interno Bruto (PIB)
  • Que los programas de gobierno no se desvíen a la protección, sino que se enfoquen en la prevención
  • Pero sobre todas las cosas… ¡Tranquilidad para todos!

¡Éxito!

Agradezco la colaboración de Manuel Figueroa, excelente asesor de seguros, fundador y director de JC Riesgos, por revisar y ampliar el contenido de este artículo.

¿Has tenido alguna experiencia que quisieras compartir con nosotros? ¿Te quedó alguna duda o inquietud? Déjanos tus comentarios, los cuales enriquecen a todos aquellos que lean este artículo.

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10 Comentarios »

  1. rafael 22/Nov/2015 en 3:20 pm - Responder

    Estimado Mauricio, si sacas un vehiculo a credito y el seguro le paga a la agencia el saldo pendiente (y si sobra a ti) sea como sea te quedas sin auto, el banco, agencia o financiera recibe el pago total. Se puede asegurar por doble partida? Es decir puedo yo pagar otro seguro sobre el mismo auto para que me pague la perdida a mi que soy el usuario final? Y poder reponer el bien y no solo quedar sin deuda? Saludos

    • Mauricio Priego 23/Nov/2015 en 6:24 am - Responder

      Hola Rafael,
      Los seguros se basan en el principio del resarcimiento, es decir, se contratan para cubrir la afectación que tengas ante un siniestro. Por ello es que no pueden comprarse comúnmente dos seguros para un mismo auto: el primero cubre la perdida del auto, ¿pero qué daño cubre el segundo?
      Ahora bien, siguiendo tu lógica, al adquirir un auto a crédito existe un inciso como bien mencionas en el cual se paga a la financiera, es decir, el riesgo cubierto es el de ella (la financiera) de que tú te niegues a seguir pagando porque ya no tienes auto. Sin embargo, tú sigues teniendo la afectación de haberte quedado sin auto. Pero si sólo alcanzaste a pagar el 10% del valor del auto antes del accidente, ¿por qué la aseguradora debiera pagarte el 100% de su valor? Es por ello que sólo te entregan la diferencia de lo que debes, que en principio es lo que efectivamente pagaste.
      ¡Éxito!

  2. Ernesto 27/Ago/2014 en 10:00 am - Responder

    Efectivamente no existe la cultura del Seguro… pero si existiera las aseguradoras se volverían mas multimillonarias. viviendo de la industria de terror.
    En su ultimo reporte del 2014, obtuvieron una utilidad neta de 6,590.8 millones de pesos en el primer trimestre del año, con una rentabilidad sobre capital de 18.7%.

    Hay unos tipos que hace poco pasaron a mi negocio y pidieron su cuota de protección y si no la pago me puede ocurrir un accidente o a mi familia.

    Cielos me amenazan las aseguradoras, la religión y ahora hasta los amigos de lo ajeno.. y creo son similares estos negocios o que no??.

  3. Ambrosio 16/Abr/2014 en 12:46 pm - Responder

    muy precisa y clara la información, saludos.

  4. Mauricio de la Mora 09/Nov/2013 en 6:29 pm - Responder

    Excelente informacion y muy valiosa! Aveces por razones incluso sentimentales preferimos no pensar en riesgos de nuestros seres queridos y los posponemos e incluso ignoramos
    Aveces me pregunto, como no reparamos en asegurar un auto y si nos duele pagar un seguro de vida!!! Increible no?

    • Mauricio Priego 11/Nov/2013 en 9:18 am - Responder

      Sabias palabras Tocayo…
      Tienes toda la razón: mi mismos familiares son renuentes de hablar del seguro de puntos tan importantes como dónde están los papeles de mi seguro de vida, qué deben de hacer dado el caso y qué trámite requieren seguir. Inmediatamente sale la pregunta «¿te pasa algo?» o «¿qué nos ocultas?».
      Pero poco a poco, conforme se vaya generalizando la cultura financiera, dejará de ser un tema tabú 😉
      ¡Éxito!

  5. Rene 08/Mar/2013 en 1:07 pm - Responder

    los seguros deberían ser mas accesibles para que todos o la gran mayoría de las personas se pudieran comprar un seguro de cobertura total (vida, daños (familiar, empresarial), automóviles, responsabilidad civil, robo etc.) pero son tan caros que la gente prefiere correr el riesgo que pagar por algo intangible, que solo se ve cuando ocurre el siniestro.

    • Mauricio Priego 10/Mar/2013 en 7:11 pm - Responder

      René, si bien es cierto que muchos seguros son caros, hay otros que son muy económicos, como por ejemplo el seguro de Responsabilidad Civil, el cual te cubre hasta que por accidente en un juego tu hijo rompa los lentes de un amigo, cristales, el panorámico de un auto, etc… Y estamos hablando de $300 aprox al año.
      Del otro lado de la moneda está el seguro de vida, que si resulta caro es por la idea errónea de volver millonarios a tus beneficiarios con tu muerte: si les dejases una cantidad razonable, el importe del seguro se reduce bastante.
      Es por ello que es tan valioso contar con un asesor de seguros honesto que esté preocupado por satisfacer tus necesidades y no en venderte primas de seguros.
      Éxito!

  6. Esteban 21/Sep/2012 en 11:54 am - Responder

    Excelente post Mauricio!

    Uffff si como olvidar Wilma, por suerte a mi casa no le pasó nada pero la mayorîa de Cancún quedó destruîdo y si se reconstruyó todo tan rápido en la Zona Hotelera gran culpa la tienen los seguros!

    • Mauricio Priego 22/Sep/2012 en 6:49 am - Responder

      Gracias por las porras Esteban 🙂

      Y felicidades por la suerte que corriste con Wilma. Una persona comentaba en Twitter que muchas personas no valoran el tener un seguro hasta que lo necesitan y no lo tienen, por lo que confío que con personas como tú, que valoran y han visto el beneficio de los seguros, podamos crear una mayor cultura al respecto para beneficio de todos. Después de todo no sólo los hoteleros se vieron beneficiados, sino también los empleados de los hoteles y en general la población de Cancún ya que en relativamente poco tiempo vieron reactivarse su principal actividad económica: el turismo.

      Que tengas un buen fin de semana 😉

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