Algunas personas me han estado preguntando sobre la crisis actual nacida del déficit fiscal americano y europeo, su relación con la crisis del 2008 y, quizá lo más importante para quienes nos ganamos el pan con nuestro propio esfuerzo, cómo nos afecta.
Adicionalmente, los fundamentos de esta crisis son los mismos que se esconden detrás de los quebrantos financieros de personas y familias comunes, como cualquiera de nosotros, de forma que puede rescatarse experiencia valiosa para aplicar en la vida y decisiones personales de cada uno… Como decía Voltaire: sabio es el hombre que aprende de la experiencia de los demás.
El origen de la crisis de deuda actual
Todo gobierno requiere de recursos – dinero – para cumplir con sus obligaciones ante el pueblo que gobierna, como es la construcción de escuelas y hospitales, apoyo a la educación, estímulos y apoyos fiscales a las empresas, mantenimiento de calles y carreteras, o la seguridad pública (policía) y nacional (ejército) entre muchos otros. De esta manera podemos imaginar al país como una gran familia, donde el gobierno toma el rol del padre/madre proveedor de bienes. ¿Qué hace un padre para mantener a su familia? Generar ingresos, que los gobiernos lo obtienen a través de impuestos. ¿Y que hace ese mismo padre cuando el dinero que gana no le alcanza para cubrir sus gastos y obligaciones (déficit fiscal al hablar de gobiernos)? Usualmente saca préstamos o se endeuda con la tarjeta de crédito, lo cual también pueden hacer los países a través de solicitar préstamos a organizaciones internacionales como el Banco Mundial, el Fondo Monetario Internacional, o el Banco Interamericano de Desarrollo; o emitiendo documentos de deuda como son los CETES, Bonos o UDIBonos, con los cuales buscan que personas, países e instituciones financieras inviertan dinero en el país a cambio de una tasa de rendimiento pactada. A esto se llama deuda soberana.
Al igual que el padre del ejemplo, todo gobierno debiera de cubrir sus deudas al llegar el plazo del pago, lo cual refleja que tiene finanzas sanas… pero al igual que le pasa a muchas personas, puede suceder que al llegar el momento del pago no se tenga la liquidez o flujo de efectivo suficiente para poder cubrir el compromiso, con lo cual se saca una nueva deuda para pagar la anterior: El equivalente de sacar dinero de una tarjeta de crédito para pagar otra tarjeta de crédito. Y al igual que una familia puede verse ahogada por las deudas y aún desbaratarse por divorcios, lo mismo sucede con los países.
Siguiendo el ejemplo, Grecia sería el caso del padre de familia que ha pedido tanto y a tantas personas, que ya nadie quiere prestarle más dinero. Y entonces tiene que recurrir a agiotistas, que en este caso son los préstamos especiales que le ha otorgado la Comunidad Europea a cambio de medidas de reducción de gastos muy duras. Esto ha provocado la “ruptura familiar”, de forma que el gobierno griego se ve cuestionado por la población, observándose marchas y muestras de descontento popular ante medidas que en ocasiones parecieran menoscabar la soberanía nacional.
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Otro es el caso de Estados Unidos, quien sería el caso del padre de familia que se mantuvo usando su tarjeta de crédito hasta que ya no le quedaba saldo disponible, al haber consumido todo su límite de crédito. Lo que logró Obama en el congreso fue únicamente que le otorgaron un límite de crédito mayor a cambio – nuevamente – de reducir sus gastos, con lo que logró cumplir con sus pagos inmediatos… pero no resolvió el problema de la deuda sino que al contrario: se endeudó más.
A todo esto, lo que hizo la crisis financiera del 2008 fue adelantar la crisis que vivimos hoy, ante los recursos tan fuertes que tuvieron que utilizar los países del orbe para rescatar bancos, empresas y cuentas de ahorro debiendo, en muchos casos, endeudarse más de lo planeado para llevar acabo dichos rescates.
Afectación al ciudadano común por la crisis actual
Si bien el principal productor del mundo es China – motivo por el cual es la segunda potencia económica actualmente –, el primer consumidor es Estados Unidos, siendo otro muy importante la Comunidad Europea.
Como veíamos, se ha exigido a los países con problemas de pago el reducir sus gastos, a lo que en México llamamos comúnmente apretarse el cinturón. Esta medida pretende que el dinero ahorrado al gasto se use para pagar las deudas, medida mostrada como altamente eficaz durante el gobierno de Ernesto Zedillo (1994 – 2000), siendo parte de las estrategias para sacar a México adelante después de la crisis del 94.
Sin embargo, al reducirse el gasto público, se afectan proyectos de inversión, de infraestructura, de fomento industrial y comercial, lo cual merma la confianza de los ciudadanos quienes reducen sus compras al tiempo que culpan de la impopular medida al gobierno en turno. Y ya que Estados Unidos y Europa son el principal destino de nuestras exportaciones, si ellos dejan de comprar, nosotros dejamos de vender. Y si dejamos de vender, entonces, se requieren menos vendedores, menos producción, menos inversión, menos fuerza laboral. Es decir, en el mejor de los casos se desacelera nuestra economía, con los ajustes de personal y congelamiento de sueldos que sabemos esto conlleva. Y ante este escenario, no hay mejor medida preventiva para cualquier persona que reducir en lo posible sus gastos personales, saldar las máximas deudas posibles y esforzarse por conservar su empleo. ¿Les suena conocido?
Es por eso que es tan importante fomentar tanto el mercado interno – consumir en México productos mexicanos –, como buscar otros destinos para nuestros productos. Esta fórmula para reducir la dependencia a países específicos como en nuestro caso a Estados Unidos, la siguen también países como China, Brasil o la India, principales economías emergentes, de forma exitosa.
Qué se puede aprender
Como podemos ver, la base de la crisis actual son decisiones y acciones que muchas veces tomamos en nuestra vida personal, generando nuestra propia crisis financiera. De esta forma, observando lo sucedido, hay algunas medidas que podríamos aplicar:
- Evita vivir un nivel de vida irreal, sostenido por deudas en vez de por tus propios recursos,
- lleva un presupuesto, vigilando que los gastos sean menores a los ingresos,
- procura generar un nuevo ingreso para cubrir un gasto fuera de presupuesto antes que generar una nueva deuda,
- cuida tu flujo de efectivo, base fundamental para tener liquidez y finanzas sanas,
- cuando una emergencia u otro imponderable dañe tu economía, reduce tus gastos “amarrándote el cinturón”, aún que la medida no será popular hacia el seno de tu familia… ni para ti mismo,
- en todo momento el diálogo honesto, franco y abierto, la cooperación y el esfuerzo conjunto serán la mejor defensa de tu familia para mantener su unidad ante cualquier crisis.
Finalmente, como ciudadanos tenemos el derecho y la obligación de ser críticos con nuestros gobernantes. De nada sirve que nos den facilidades, entretenimientos o servicios (pan y circo decían los romanos) a costa de deudas cada vez mayores, las cuales tarde o temprano llevarán a medidas de austeridad donde se limiten esas mismas facilidades, entretenimientos y servicios, además de desacelerar la economía y poner en riesgo las fuentes de empleo y aún la paz de nuestra sociedad.
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Realmente me parece un artículo muy interesante, que nos hace pensar y analizar sobre nuestro propio desempeño económico