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Saciando el vacío del alma (Cuento)

Mauricio Priego 28/Dic/2015 10

Cuento: Saciando el vació del alma

¿Habrá algo más profundo que el vacío en el alma? José no era filósofo, pero intuía la respuesta. Su vida contaba ya los suficientes años como para que debiera poder identificar algo memorable que hubiese hecho, pero a pesar de los logros y éxitos que había logrado alcanzar durante su vida sentía que nada de lo realizado le permitiría realmente trascender. ¿De qué sirve una corona de olivo si estás destinado al olvido? Cualquiera cosecha éxitos, pero pocos son los que dejan un legado.




Decidió entonces acercarse a aquellas personas que a su parecer reflejaban una vida plena, personas que eran reconocidas por dejar huella por donde pasaban, para descubrir a su lado el secreto de lo que consideraba podría llenar el vacío de su alma.

Su primer ejemplo a seguir fue una compañera de oficina entregada a su trabajo. Frecuentemente era nombrada la empleada más valiosa, solía superar los indicadores establecidos, los bonos de productividad no dejaban de llegar mes a mes a sus bolsillos. José empezó entonces a dedicar cada vez más horas al trabajo, comprometiéndose a realizar más tareas e imponiéndose objetivos cada vez más ambiciosos. Poco a poco las horas laborales le dejaron de ser suficientes, de manera que tuvo que llevarse trabajo a casa para después destinarle también los fines de semana. Y si bien es cierto que su productividad aumentó, que su esfuerzo empezó a ser reconocido por los directivos, que los bonos de productividad comenzaron a crecer, cada vez era menor el tiempo que pasaba con su familia, los momentos que podía compartir con los amigos… Al final no pudo sino reconocer que el éxito laboral por sí solo no le ayudaría a llenar el vacío que le embargaba.

¡Pero claro! – Pensó entonces –He sido un necio. ¿Qué mejor manera de colmar mi espíritu que dedicarme a ayudar a otros? Por lo que se acercó a un grupo de ayuda a niños desamparados ofreciéndose como voluntario. El fundador de aquel grupo era reconocido por su carisma, por la alegría que llevaba a los niños y a sus familias, dedicando gran parte de su tiempo y sus recursos a ese fin. José decidió seguir su ejemplo y comenzó a dedicar gran parte de su tiempo a su nueva actividad altruista. En un principio fueron los sábados, después el fin de semana completo, para terminar dedicándole adicionalmente todas las tardes. Y si bien en el grupo empezaron a reconocer su compromiso agradeciéndole que estuviera ahí cada vez que se le necesitaba, los números en el trabajo comenzaron a descender con lo cual los bonos desaparecieron, volviéndose su relación cada vez más tirante con aquellos jefes a quienes había acostumbrado a su eficacia previa. Y si esto no fuera suficiente, los reclamos de su familia por la falta de tiempo se vieron exacerbados por la reducción de los ingresos…. Al parecer las labores altruistas tampoco eran garantía para saciar su vida.

Entonces intentó el estudio, pero el conocimiento solo sirvió para que observara con mayor claridad el vacío en su interior. Intentó la oración, pero aquellos monólogos silenciosos tampoco lograron calmar la sed de su espíritu. Deportes, música, lectura… ¡Todo lo intentó! Pero al final seguía solo, alejado de su familia aún viviendo en la misma casa, abandonado por sus amigos aún que se mantuvieran en contacto.

Un día José fue testigo de cómo una mujer había ayudado a un mendigo, alejándose éste sin mostrar el menor atisbo de gratitud.

– ¿Para qué ayudarle? De nada sirve. Lo que usted le dio seguro se lo gastará en drogas o alcohol…

– Eso no lo sé, – le respondió sonriendo – pero lo que sí sé es que pude aliviar por un momento su necesidad.

– Ni siquiera se lo agradeció… – contestó José con un gesto cínico

La mujer se le quedó mirando directamente a los ojos por unos momentos, hasta que finalmente respondió

– Eso no importa. Hace muchos años un hombre justo y bueno curó a 10 leprosos, de los cuales sólo uno se lo agradeció. ¿Acaso montó en cólera con los otros 9? ¿Acaso les quitó el favor que les había dado? No, en vez de eso siguió ayudando a quienes le buscaban sin esperar su agradecimiento. Así que yo, ¿por qué habría molestarme por ese detalle?

José se quedó unos momentos callado ante aquella nueva perspectiva. Hacía tiempo que necesitaba hablar, así que ¿por qué no hacerlo con aquella desconocida?

– Llevo tiempo sintiendo que lo que hago en realidad no sirve para nada. He tratado de ayudar a niños desamparados pero ante tanta necesidad siento que mis esfuerzos son en vano. Me he dedicado al trabajo, lo cual sólo me llevó a alejarme de mi familia. He buscado cómo llenar mi vida con estudio, a través de la oración, dedicándome al ejercicio y las artes, pero hasta el momento nada he logrado.

La dama se quedó pensativa unos instantes hasta que finalmente le respondió.

– Quizá ese ha sido el problema. Todo ése tiempo has estado buscando cómo ayudarte a ti mismo aunque quizá no te hayas dado cuenta. La única manera de llenar el vacío que sientes es llenándolo con agradecimiento: Agradecer la familia que te ha sido dada a través del amor y el tiempo que les brindas, agradecer la amistad de tus amigos a través de tu cariño y lealtad, agradecer el tener un trabajo a través de brindar confianza y soluciones eficaces a tus compañeros y clientes con honestidad. Agradecer la oportunidad que tienes de ayudar brindando tu apoyo sin esperar nada a cambio…

José se quedó unos momentos pensando en aquella nueva perspectiva. Nunca había considerado el agradecimiento como alimento del alma, y decidió comenzar en aquel mismo momento agradeciendo a aquellos sabios consejos.

Descubrió que al inspirar sus acciones en el agradecimiento que sentía hacia Dios, hacía la vida y hacia quienes le rodeaban, su familia se tornó más unida y sus amigos más cercanos. Su nuevo espíritu le permitió equilibrar su trabajo, su participación en actividades altruistas, y su dedicación a actividades familiares y personales, alcanzando con ello no sólo la felicidad, sino llevándola también a quienes le rodeaban. Comprendió que para trascender no son tan importantes las acciones que haces, sino los corazones que tocas.

Y fue así como José aprendió a orar, ya no como un monólogo silencioso sino como un diálogo que solía comenzar con

«Señor, gracias por las bendiciones que me has dado. Permite que me iluminen para que sea yo respuesta a la oración de mis hermanos…«

Separador practifinanzas

Mis mejores deseos de paz y armonía para ustedes y sus familias en esta Navidad, y que la prosperidad reine en sus hogares durante el 2016.

¡FELICIDADES!

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Imagen: Oleg Prisco a través de Relatos

10 Comentarios »

  1. Francisco González 23/Ene/2017 en 4:48 pm - Responder

    Gracias por esta reflexion, realmente te da una perspectiva nueva ante la vida… necesitaba esto hoy… nada es casualidad.

    • Mauricio Priego 26/Ene/2017 en 8:34 am - Responder

      Me alegra poder haber aportado mi granito de arena Francisco,
      Éxito en tus proyectos 🙂

  2. Elizabeth Padilla 09/Feb/2016 en 12:31 pm - Responder

    El equilibrio… de las cosas mas dificiles de lograr, y tan necesario para ser feliz.
    Yo agregaría al agradecimiento el gozo, el disfrutar cada cosa que se hace y se vive, sea trabajo, familia, amigos, diversión, altruismo, cultura.
    Disfrutar y agradecer, para ser Felices.
    Disfruto enormemente tus artículos y lo poco que hemos conversado, y aunque a veces me desaparezca por temporadas agradezco enormemente haber conocido una persona tan valiosa como tú.

    • Administrador MP 10/Feb/2016 en 6:27 am - Responder

      Elizabeth, ¡muchas gracias por tus palabras!
      Y no sólo lo digo por lo escrito en este artículo, sino por los comentarios que nos compartiste durante el día de ayer en otros más así como por las respuestas dadas a algunos de los lectores.
      Tu deseo de ayudar de manera desinteresada, y el compartir tus conocimientos y experiencia con la comunidad a través de tus comentarios, es digno de ser reconocido e imitado 😀
      ¡Te mando un fuerte abrazo desde el Mayab!

  3. Elba 27/Ene/2016 en 7:22 am - Responder

    Me ha dado de pleno!!
    Eran las palabras que estaba buscando.

    • Mauricio Priego 28/Ene/2016 en 5:59 am - Responder

      Me alegra escucharlo Elba,
      Un abrazo desde el Mayab 🙂

  4. Adriana 04/Ene/2016 en 8:57 am - Responder

    Buenas noches:
    Y… siguiendo con la enseñanza… lo que me nace es agradecerte el trabajo que haces para transmitir lo que sabes. A través de una perspectiva profunamente humana.
    A mi me gusta como integras las finanzas con lo humano. Muchos separan el dinero de la persona.

    Gracias por tu trabajo, siempre lo disfruto mucho.

    Lo mejor para 2016… Salud, Amor, Trabajo, Amigos, Familia…

    • Mauricio Priego 04/Ene/2016 en 8:59 am - Responder

      Buenos días Adriana,
      Muchas gracias por tus palabras. Han sido una excelente manera de empezar el año y de reforzar mi compromiso con la comunidad 😀
      Que el 2016 sea pleno de prosperidad, armonía, salud y paz en tu hogar y en tu vida personal.
      Recibe un fuerte abrazo desde el Mayab
      ¡Felicidades!

  5. Mila 28/Dic/2015 en 10:32 am - Responder

    ¡Excelente reflexión para concluir este 2015 e iniciar el 2016! ¡Gracias!

    • Mauricio Priego 29/Dic/2015 en 7:17 am - Responder

      No hay de qué Mila, es un pequeño presente para agradecerte el tiempo que dedicas a leernos 🙂
      Recibe un fuerte abrazo y mis mejores deseos para ti y tu familia en el 2016
      ¡Felicidades! 😀

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