A pesar de lo aparatoso, afortunadamente el accidente de la fotografía no cobró ninguna vida. Pero desafortunadamente para el dueño del vehículo, con todo y que su auto estaba asegurado, su aseguradora no le pagará ni un centavo de los cerca de dos millones de pesos que le está exigiendo la plaza comercial por daños (aproximadamente 120 mil dólares o 113 mil euros), ni por los gastos médicos de tres transeúntes afectados, ni mucho menos para la reparación de su auto. ¿Motivo? El conductor del auto no tenía licencia de manejo.
Se ha criticado a las aseguradoras por aprovecharse de mil artilugios para no cumplir con sus obligaciones en caso de accidentes de tránsito. Sin embargo, y sin pretender defenderlas, en muchas ocasiones somos los propios asegurados los que cerramos la puerta al resarcimiento. Y un buen ejemplo de esto es el accidente con el que abro el artículo: El propietario del auto se lo dejó a uno de sus hijos a quien se le hizo fácil prestárselo a su novia, que si bien es mayor de edad, no contaba aún con licencia de manejo. Con ése simple hecho – la falta de licencia de manejo – se invalidó el seguro del auto.
¿Debemos entonces ser expertos en seguros o hacernos compadres del algún abogado especializado en demandar aseguradoras para conseguir que éstas respondan a lo que tenemos derecho? No en realidad. Con ser conscientes de las condiciones de nuestra póliza y actuar en consecuencia es suficiente.
- Lee las condiciones de la póliza junto con tu asesor de seguros para que te aclare cualquier duda que tengas (sólo dos de cada cinco contratantes leen las condiciones, y de éstos, sólo uno de cada tres las revisa con su asesor).
- Sólo permite que manejen tu auto personas con licencia vigente, así sólo sea a una tienda en la misma colonia.
- Cuando vayas a una fiesta o antro sabiendo que posiblemente tomes, ponte de acuerdo con algún amigo o familiar sobre quién será el conductor designado, es decir, aquel que no tomará alcohol (y mucho menos drogas) durante la velada. No lo digo tanto por los retenes policíacos y el alcoholímetro, sino porque usualmente las pólizas contra accidentes no son válidas si el conductor conduce bajo los efectos de enervantes o el alcohol.
- Y si tú no eres el conductor designado pero sí el que prestará el auto, lo recomendable es que
- Te asegures que quien resulte designado sea abstemio para que así puedes beber con tranquilidad (Nota importante: No estoy fomentando el alcoholismo. En lo personal soy abstemio pero el tema no versa sobre la necesidad de beber para divertirse);
- Si no es abstemio, entonces procura moderarte cual si fueras tú el que va a manejar de regreso para que cuides que tu amigo en realidad no tome nada. Recuerda, de haber un accidente, como propietario del auto serías tú el que tendría que pagar así fuera otro el que estuviera conduciendo;
- De plano toma tú el rol de conductor designado.
- Ten presente que el seguro no cubre multas que imponga alguna autoridad (por lo menos los que conozco), así que cualquier multa por exceso de velocidad, por manejo temerario o imprudente, o por ataques a las vías de comunicación (en caso de derribar un poste o alguna señalización) las tienes que pagar tú y no te serían reembolsadas. Por tanto siempre maneja de forma prudente y cuida que las llantas, el sistema de frenos, las luces y los limpia-parabrisas funcionen correctamente.
- Por cierto, en caso de que alguien falleciera a consecuencia del accidente, la indemnización a sus deudos ronda los tres millones de pesos (181 mil dólares o 171 mil euros) lo cual se multiplica por el número de las víctimas mortales. Pero como el monto asegurado está topado, la aseguradora sólo cubre esa cantidad máxima quedando todo lo demás a cuenta del dueño del vehículo (Ojo: Cuando la víctima sobrevive al accidente, puede tenerse que cubrirse una indemnización por pérdidas orgánicas o por invalidez).
- En el caso de los hijos sólo préstales tu auto si han demostrado ser responsables y disciplinados, si llevan tiempo conducido estando tú de copiloto en diferentes condiciones tanto de camino como atmosféricas, y platicando con ellos sobre los puntos anteriores y verificando que los comprendan.
- Respecto al caso especial de los «Permisos de Conducir». Éste documento nace como un permiso que da la autoridad para que el conductor maneje en compañía de alguien con licencia que lo supervise, de manera que pueda desarrollar experiencia. No es para que conduzca solo llevándose el auto a la escuela o a fiestas, y por tanto, en caso de accidente, no es válido ante las aseguradoras.
Un auto es un arma cargada muy peligrosa en manos de alguien inexperto o de alguien que no ha comprendido la responsabilidad que hay detrás del volante y sobre el acelerador. Un momento de descuido puede cambiar radicalmente la vida de dos familias: la del accidentado y la del conductor.
- Anota en tu agenda ver la renovación de tu póliza con tu asesor un mes antes de que ésta venza, de manera que tengas tiempo de cotizar otras opciones, comparar las coberturas y realizar la nueva contratación de manera oportuna, evitando con ello tener un periodo en el que no estés cubierto por ningún seguro.
Finalmente ¡explota tu seguro! Solemos pensar en él sólo en caso de siniestros (¿Te suena aquello de «Comprarlo para no utilizarlo»?), cuando además tenemos beneficios adicionales para disfrutar como por ejemplo cambio de llanta en caso de pinchadura, servicio de grúa, rescate en caso de acabarse la gasolina o la recomendación de talleres mecánicos entre otras posibilidades.
¡Éxito!
Referencias
- Seguro de Gastos Médicos: Cómo evitar el rechazo de enfermedades y solicitudes de reembolso – Practifinanzas
- Imagen
- Encabezado: El Expreso de Campeche
- Contenido: AleAguilarN
contraten un seguro que si ampare en esos casos