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Si quiero algo y tengo dinero ahorrado, ¿por qué no utilizarlo?

Mauricio Priego 26/Ene/2015 9
Si quiero algo y tengo dinero ahorrado, ¿por qué no utilizarlo?

En esta ocasión quisiera contarles algo que ocurrió en casa. Mis hijos tienes sus respectivas cuentas de ahorro en donde han estado depositando su dinero a través de los años. Hace poco uno de ellos decidió comprarle un presente a alguien especial, y como no le alcanzaba con lo que le damos cada semana para sus gastos personales, me pidió lo llevara a sacar dinero de su cuenta… a lo cual me negué. Ya se imaginarán cómo puso el grito en el cielo al reclamar su dinero, que para qué ahorraba si no era para utilizarlo cuando quisiera, que si yo quería dejar mi dinero en el banco en vez de disfrutarlo era mi decisión pero no la suya, así como algún otro exabrupto propio de la adolescencia. ¿Qué sucedió entonces? Bueno, ganó doble: Pudo comprar el regalo y mantener su dinero en el banco 😉




Para quien esté pensando que su mamá o yo le completamos lo que le hacía falta, no va por allá la cosa. Ante mi vi la oportunidad de darle una importante enseñanza financiera y la aproveché. Cuando tenemos un ahorro y queremos algo, lo más sencillo es tomar dinero de ese ahorro y adquirir lo que deseamos. De hecho podríamos decir que incluso es algo justo. Pero hay un detalle…

El ahorro es finito, es decir, se acaba, por lo que hay que utilizarlo con prudencia y en base a una estrategia.

En pocas palabras, si usas el dinero que has ahorrado para comprar algo, te quedas sin nada y tienes que volver a empezar desde cero. ¿Eso es malo? No en realidad, pero si tienes la manera de conseguir los recursos de otra manera, ¿por qué utilizar tus ahorros?

Lo que hice fue sentarme con mi hijo y preguntarle cuánto le faltaba para comprar el presente. Una vez que me dijo el importe le hice ver que la veterinaria de por la casa cobra, por bañar a los perros, $80. Cierto es que el costo incluye corte de pelo y uñas, pero que hay personas que suelen mantener a sus mascotas limpias bañándolas cada semana sin necesidad de esos servicios adicionales. Y como en ocasiones las personas no tienen tiempo, ¿no sería una buena idea ofrecerles bañar a su perro por unos $40 aprovechando así sus conocimientos y experiencia al bañar a nuestra perrita? Al principio mi hijo pensó que yo estaba jugando, pero unos instantes después ya estábamos platicando de cómo seleccionar a sus potenciales clientes entre nuestros vecinos y sobre cómo ofrecer sus servicios. El resultado fue que para el sábado en la tarde no sólo había conseguido el dinero para comprar aquel presente, sino para invitarle un helado en la plaza… y un excedente adicional con el cual incrementó su ahorro.

¿Cuál es la enseñanza de esta historia?

Antes de utilizar tus ahorros, intenta conseguir aquello que deseas de otra manera (lícita y ética, claro está), ya sea generando un ingreso o llegando a un acuerdo con el propietario de ese bien (Es posible acordar, por ejemplo, ayudar con la limpieza del local pagando con trabajo en vez de con dinero).

Entonces, ¿cuándo utilizar tu ahorro? Bueno, a mi hijo lo que le dije fue que hoy quería utilizar su dinero para algo que, bañando unos cuantos perros, pudo adquirir. Pero el día de mañana podría querer algo que costase mucho más (como por ejemplo un auto o vivir un mundial de fútbol en el estadio) y a lo cual tendría acceso sólo si no gastaba su dinero en cosas que estaba a su alcance conseguir sin necesidad de recurrir a su ahorro.

Y si bien el punto anterior es cierto, para alguien que ya mantiene un hogar la respuesta no es suficiente. El secreto está en tener una estrategia de ahorro separando tu dinero en base a tus objetivos:

  • Provisiones, que es cuando separas dinero para realizar un pago que sabes tienes que hacer en el futuro (por ejemplo, de tu aguinaldo separas una parte para las inscripciones en febrero);
  • Reservas, que es dinero para hacer frente a situaciones que no puedes prever (el mejor ejemplo es el Fondo de Emergencias);
  • Fondos, que es cuando ahorras con un objetivo futuro (comprarte algo, viajar, poner un negocio, tu retiro).

Confío que esta anécdota te haya sido de utilidad. Y si tienes alguna que te gustaría compartir, ¡adelante! Para ello son los comentarios… Posiblemente sea tu historia la que finalmente de luz a alguien más sobre como cambiar su situación financiera 😉

¡Éxito!

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Referencias

9 Comentarios »

  1. Elizabeth Padilla 26/Feb/2015 en 9:12 am - Responder

    Excelente lección por partida triple Mauricio, Buscar opciones de ingresos adicionales explotando sus habilidades, el valor de trabajar para lograr tus objetivos y sabre priorizar al momento de utilizar tus ahorros. Solo me surgió una duda, en ese caso, ¿no convendría que tuviera el ahorro en un plazo fijo para ayudar a evitar las tentaciones?

    • Mauricio Priego 27/Feb/2015 en 7:12 am - Responder

      Buenos días Elizabeth 😀
      Interesante el punto que propones… En términos generales la respuesta sería SI, pero al tratarse de la formación de un adolescente no lo considero oportuno. ¿Motivo?

      1) Los adolescentes están en etapa de formación. Es importante inculcarles la autodisciplina, es decir, que las cosas que saben no deben hacer no las hagan por convicción propia, y no porque tengan un obstáculo que se los impida. Es algo así como tener un potro: si no lo enseñas a que no se vaya en campo abierto, en cuanto vea una puerta abierta saldrá corriendo.

      2) Por ser menores de edad aún no pueden abrir cuentas a plazo fijo propias, por lo que tendrían que depositar su dinero en la de sus padres. Este echo, en una edad tan conflictiva en que el adolescente está probando sus alas para ser independiente, no ayuda a formar la habilidad del ahorro en el menor ya que está depositando «en la cuenta de sus papás», muy distinto a depositar «en su propia cuenta».

      ¿Qué opinas?

      • Elizabeth Padilla 03/Mar/2015 en 12:24 pm - Responder

        Tienes toda la razón, esa estrategía también es parte de su formación, en mi caso yo nunca tuve guía financiera como tal de mis papas, pero si su apoyo, en cuanto pude le pedí a mi mamá que si me acompañaba para abrir una cuenta en el entonces Bital. Pero mucho antes de eso «fundé» nuestra caja de ahorro con mis hermanas, juntamos varios «domingos» con eso compramos dulces por caja que nos «autocomprabamos» por pieza mas baratos que en la tienda (luego se corrio la voz y los vecinitos venían a comprarnos a la «tiendita») y al final del año las ganancias se repartían para ayudarnos a pagar los regalos de navidad.

  2. arturo 17/Feb/2015 en 11:35 am - Responder

    hola mauricio gracias por conpartir tus experiencias y tu conocimiento en finanzas. Me paresio muy interensante. no se si me podrias hechar la mano con unas dudas.
    sin mas que desir me despido.

    • Mauricio Priego 19/Feb/2015 en 12:57 am - Responder

      Con todo gusto Arturo, ¿cuáles son tus dudas?

  3. Mario 29/Ene/2015 en 2:18 am - Responder

    ¡Quedé impresionado con este anécdota! Soy soltero y sin hijos, me gustaría tenerlos algún día y ojalá pueda tener esa habilidad para aprovechar este tipo de oportunidades para darles una lección de vida y de paso una financiera jejeje Gracias y saludos.

    • Mauricio Priego 29/Ene/2015 en 5:36 am - Responder

      Gracias Mario!
      No dudo que cuando tengas la oportunidad de ser padre, si te dejas ayudar, el amor de Dios te guiará 😉
      ¡Éxito!

  4. Joel Pinto 27/Ene/2015 en 2:48 am - Responder

    Pues ciertamente una lección no solamente financiera, sino de vida, de aprender a valorar las cosas y de darle importancia al trabajo como herramienta para conseguir las cosas que queremos.

    ¡Muy bueno!

    • Mauricio Priego 27/Ene/2015 en 5:48 am - Responder

      Gracias Joel.
      Es muy importante en este mundo consumista que vivimos el inculcar en nuestros hijos que el dinero es tan sólo una herramienta, y entre los recursos de los que disponemos, de los menos importantes desde el momento que puedes conseguirlo y utilizarlo con relativa facilidad, a comparación del tiempo, la salud, la experiencia o una sólida red de contactos.
      Recibe un fuerte abrazo 🙂

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