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Descubriendo el secreto (Cuento)

Mauricio Priego 24/Dic/2012 4

cuento corto sobre el amorEsta es la historia de una línea. De una línea de trazo firme, bien dibujado, que vivía en un mundo de un plano, donde todos los que la rodeaban eran también líneas. Las había largas y las había cortas, las había de colores claros y luminosos, y las había de tonos obscuros y tenebrosos. Pero nuestra línea creía percibir que había algo más. En lugar de fijarse en su inicio y su fin como todas las demás, consideraba que los aparentes límites de sus compañeras escondían un secreto… Y es así como un día decidió arriesgarse… elevarse… aún cuando supuestamente era imposible según los dogmas que Las Grandes Líneas predicaban generación tras generación. Y entonces hizo un gran descubrimiento:




¡Los aparentes límites que veía realmente eran ángulos! Pudo observar que sus compañeras líneas formaban diferentes figuras: triángulos, cuadrados, rectángulos, rombos. Comprendió entonces que ella misma era algo más que sólo una línea, y al ser consciente de su naturaleza en dos planos, percibió que no tenía ángulos. Que su trazo no finalizaba. Ella, más allá de ser únicamente una línea, era un círculo.

Y se sintió feliz. El descubrimiento le había permitido romper los límites de su existencia anterior. Y por un tiempo se vanaglorió de su figura perfecta dedicándose a contemplar su propia simetría, su propio centro. Hasta que un día se sintió encerrada en sí misma y volvió a observar a las otras figuras que tenía a su alrededor. Asombrada vio como algunas seguían creyéndose únicamente líneas, y otras que ya se habían descubierto como figuras, competían por cual era la de mayor simetría, por cual tenía el mayor número de ángulos. Y es así como el triángulo equilátero se sentía superior al escaleno, y como el pentágono menospreciaba al cuadrado. Cada quien basaba su valor en su figura, menospreciando a los que eran diferentes a ellas. Y entonces observó cómo discutían, cómo las que se sentían superiores le quitaban espacio a las que creían inferiores, y empezaron las peleas, y luego las batallas, y luego las guerras.

Nuestro círculo – que inicialmente se creía sólo una línea – sintió tristeza, deseando no ser una figura, ya que las figuras eran egoístas, intolerantes y violentas. Y comenzó a criticar la actitud de las demás figuras, a señalar sus errores y a esforzarse para ser diferente a ellas… Hasta que se dio cuenta que siguiendo ese camino sólo lograba parecerse cada día más a las demás. Ella hablaba de tolerancia y armonía, pero al criticar a las otras y sentirse diferente, sólo demostraba su propia falta de aceptación y comprensión, logrando incrementar las divisiones y las discusiones.

Y creyó todo perdido, incrementándose su tristeza hasta volverse desesperanza.

Pero una sorpresa le aguardaba…

Un día observó a otra figura que no discutía con las demás. Que estaba dispuesta a ayudar a quien lo solicitara, a dar afecto a quien lo necesitara, a llevar felicidad y esperanza aún a las líneas que no se habían advertido figuras aún. Y si alguien la criticaba por el número de sus lados o por algún defecto en su simetría, simplemente lo dejaba pasar… ¿Qué es lo que le permitía vivir en esa paz, en esa armonía?

Se acercó a la figura y le preguntó su secreto… Y la figura le respondió que no tenía ningún secreto, que todo lo que necesitaba ya lo tenía el propio círculo dentro de sí.

Y el círculo se molestó. Le gritó egoísta y que finalmente no necesitaba de sus palabras, para después alejarse bajo la mirada dulce de la figura.

Siguió el círculo su ríspida existencia entre rombos, trapecios y elipses, mas observaba de reojo a la figura que proyectaba aquella sombra que generaba regocijo en muchos, aunque tantos otros la rechazaran. Pero el círculo tenía resentimiento hacia la figura, porque la figura le había rechazado al no contarle su secreto… Y entonces le daba la espalda rumiando su enojo… Hasta que volvía a ver de reojo a la figura y su sombra…

Su sombra…

¡Sombra! ¿Qué era eso? En su mundo de dos dimensiones sólo había un largo y un ancho. ¡No era posible que hubiese una «sombra»! Quedó el círculo sorprendido y decidió abrir su mente y corazón para poder comprender la naturaleza de esa extraña sombra.

Y entonces lo supo. Al abrir su mente y corazón pudo ver la verdadera naturaleza de esa figura. Y es que era más que una figura: ¡Era un cuerpo! Tenía volumen. Existía en tres planos. La «sombra» no era más que aquél volumen que apenas lograba el círculo vislumbrar al encontrarse encerrado en su mundo de dos dimensiones.

Con nuevos ojos observó a su alrededor, y cual no fue su sorpresa al descubrir que todos eran cuerpos. Unos cubos y otros prismas. Unos pirámides y otros más conos. ¡Y ella misma era una esfera! Aquella figura tenía razón: No había un secreto. Todos eran cuerpos, pero cada uno veía a los demás según «la realidad» con la que se percibía a sí mismo, según sus propios marcos de referencia.

De esta forma las líneas pensaban que todo el mundo estaba formado por líneas. Aquellos que ya se habían descubierto figuras, lograban ver que todos eran figuras. Y quienes ya se habían reconocido como cuerpos, lograban ver que todos en realidad eran cuerpos.

Se acercó entonces a quien a partir de entonces consideró su amigo y mentor, y le preguntó:

– ¿Hay algo más? ¿Estos cuerpos que tenemos realmente son una parte de una realidad más grande?

– No dejas de aprender, y eso es muy bueno. Te felicito.

– ¿Y cómo puedo llegar al siguiente nivel?

– Haciendo lo que has hecho hasta hoy: Valorar a tus semejantes mas allá de sus aparentes límites de forma que puedas comprenderlos y aceptarlos, percibiendo en ellos la caridad y solidaridad aún que éstas sean una sombra fugaz para así ayudarlos a arropar con ella a sus semejantes… Y lo más importante, no centrando tu atención hacia ti misma, sino hacia quienes te rodean, abriendo a ellos tu corazón y tu mente.

– ¿Y cómo es ese nivel? – Preguntó la esfera

El cuerpo le sonrió mirándole con dulzura… Y entonces la esfera descubrió, en esa mirada profunda y serena, una luz cálida y tranquila que iluminó todo su ser. 

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4 Comentarios »

  1. Sandra Luz Castillo 10/Jul/2013 en 12:22 am - Responder

    Deja un muy buen mensaje a todos, Felcidades, Saludos

    • Mauricio Priego 10/Jul/2013 en 6:45 am - Responder

      Sandra, me alegra que el cuento te haya gustado. Éxito!

  2. FRANCISCO DE LA VEGA 24/Dic/2012 en 2:31 pm - Responder

    Excelente, increible, un cuento Blanco pero de una muy gran profundidad, idòneo para reflexionar y filosofar màs alla de lo normal……….

    • Mauricio Priego 26/Dic/2012 en 12:13 pm - Responder

      Me alegra que te gustara 😉
      Felices fiestas decembrinas y próspero 2013 😀

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