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El secreto de Caridad

Mauricio Priego 01/Mar/2012 10

El secreto de Caridad para llevar bienestar a su familia - Cuento Corto– ¿Acaso es pecado querer ganar más dinero? – El joven emprendedor se dirigía a su socio en una fresca mañana de primavera. Llevaban juntos ya algún tiempo y habían logrado levantar un negocio que iba creciendo poco a poco, pero no a la velocidad que querían.

– Claro que no. – contestó Andrés – Pero no creo que despidiendo a Caridad logremos hacer que el negocio deje más dinero.

La joven había sido contratada para llevar a cabo tareas de administración y atención de clientes, pero Pedro consideraba que su función no era realmente necesaria y que, ahorrando su sueldo, podrían invertir un poco más en la publicidad que tanto necesitaban. Además, no tenía el carácter para el puesto: no presionaba lo suficiente para que pagaran los clientes en las fechas de vencimiento, era desgastante el tener que recordarle constantemente que su papel no era abogar por descuentos a los clientes y al parecer no comprendía la importancia de atrasar lo más posible el pago a los proveedores.




Andrés no compartía su visión. Caridad era abnegada y honesta, y no dudaba en trabajar unas horas más de lo que debía si se lo solicitaban. Cumplía sus funciones y procuraba dar el extra cada vez que realizaba una actividad. Además, lo normal era que terminaran pagando los clientes antes de que su falta de pago  se convirtiera en un problema, le parecía justo que se pagara a los proveedores con la misma diligencia que se pedía a sus propios deudores, y no le parecía un problema serio que se diera de vez en cuando un descuento a un cliente.

– Pues sería muy triste – sentenció Pedro – que el negocio se disolviera por algo tan absurdo como mantenerla con nosotros…

Absurdo o no, la diferencia de opinión entre ambos llegó a tal extremo que terminaron separándose, poniendo cada quién su propio negocio. Y como es de imaginar, Andrés se llevó a Caridad con él.

Pasó el tiempo y los otrora amigos vieron crecer sus respectivos negocios. Les iba bien, tenían ganancias semejantes, pero a Pedro se le agriaba el carácter mientras que Andrés parecía disfrutar de la vida. Y eso frustraba aún más a Pedro. Finalmente decidió invitarle un café a su antiguo amigo.

– Con las cosas como están es un problema la cobranza. – Comentaba esa tarde Pedro – Cada vez hay más competencia y es difícil mantener a los clientes, así como conseguir clientes nuevos.

– Tienes razón. – contestó Andrés – Pero Caridad ha logrado que los clientes tengan lealtad hacia nuestra marca.

– ¿Aún trabaja para ti Caridad? – Le preguntó sorprendido Pedro.

– Mejor que eso: Me casé con ella.

– ¿Te casaste con ella? – Pedro no podía dar crédito a lo que escuchaba. La chica era bonita, cierto, pero con lo humilde que era poco podría haber aportado al matrimonio. Él, por su parte, se había casado con la bella hija de un rico vecino de la ciudad, con lo cual había logrado impulsar al negocio al capitalizarlo con la incorporación de la dote de su esposa. Su suegro creía en él y en su potencial.

– Sí, y debo admitir que ha sido una de las mejores decisiones que he tenido en mi vida.

– ¿Por qué dices eso?

– Caridad le da una gran importancia a las personas. No le preocupa su propio bienestar y felicidad, sino que constantemente está buscando cómo poder llevar bienestar y felicidad a quienes nos rodean… Y parece mentira, pero esa mentalidad a llevado bienestar y felicidad a nuestra familia.

– No veo cómo…

– Por ejemplo con los clientes. Descubrí que cuando Caridad me habla de dar prórroga en el pago de la deuda a alguno de ellos, es porque el cliente se encuentra en un problema. En esos casos les hace sentir que comprende su situación y presenta al negocio y a nosotros mismos como parte de la solución. Lo mismo sucede cuando me platica de otorgarle algún descuento a un cliente. Eso ha hecho que los clientes, como te decía, nos sean leales, prefiriéndonos a la competencia y recomendándonos con sus conocidos, lo cual lleva nuevos clientes a nuestra tienda.

Pedro lo miraba escéptico. Al parecer no sólo seguía con sus malos hábitos su antigua empleada, sino que además había lavado el cerebro a Andrés. Había sido una decisión inteligente separarse, ya que uno no puede andar por ahí haciéndola de salvador de los oprimidos. Queda claro que todos tenemos problemas y cada quién debe enfrentar los suyos. Las empresas viven de vender a los clientes buscando siempre los máximos márgenes de utilidad posibles… y el no cobrar y bajar los precios no es la mejor manera de lograrlo.

– ¡Y con los proveedores sucede algo semejante! – continuaba Andrés – Al pagarles de forma oportuna logramos tener credibilidad, con lo cual, cuando tenemos algún problema de pago, hablamos con ellos y usualmente nos conceden a su vez una prórroga. Claro que no abusamos de ello.

«¿Pagar a tiempo a los proveedores?» – Pensó Pedro. Si los clientes no le pagan a tiempo, ¿cómo podría pagar él a su vez a tiempo? Quizá no había sido buena idea después de todo acudir a Andrés: Estaba claro que estaba perdiendo la razón.

– Pues vaya si tiene costumbres poco ortodoxas tu mujer. – Terminó por responder Pedro.

– ¡Y que lo digas! De los ingresos separamos un poco para comprar leche a un hospicio cercano y al acercarse navidad llevamos juguetes a niños de pequeños pueblos y comisarías.

– ¿Y lo deduces de impuestos? – Por fin una idea interesante. Esa era una buena manera de posicionar la imagen de la empresa entre la población además de ahorrarle dinero al pagar menos impuestos al gobierno.

– ¿Deducirlo? ¡Me refiero a los ingresos familiares! – contestó Andrés – Es cierto que como empresa también apoyamos a algunos programas y organizaciones, pero es más divertirlo hacerlo directamente e involucrando a los niños.

«¿Llevar a mi esposa e hijos a comisarías? Estaría loco.» – Pensó Pedro – «Y el pobre Andrés es tan inocente que no ha caído en cuenta que el del hospicio lo engaña: Seguramente lo apoya el gobierno o alguna iglesia… ¿O será su mujer la que lo engaña con el encargado del hospicio?»

– Seguramente tus hijos harán grandes amistades con los niños de las comisarías. – Contestó con tono irónico Pedro.

– Aún que te burles. – contestó Andrés – Considero que las enseñanzas de Caridad serán de gran importancia para el futuro de mis hijos. No podrían tener mejor madre.

– Para el caso hazte compadre de un pepenador.

– Para que sepas, – contestó ya incómodo Andrés – en casa separamos la basura. Y no sólo en orgánica e inorgánica, sino en lo que es reciclable y en lo que, aún encontrándose en buen estado, ya no lo necesitamos nosotros. Los días que pasa el camión de la basura suelen pasar primero pepenadores buscando algo útil, y algunos de ellos ya saben que con nosotros no es necesario hurgar en las bolsas. Lo que es más, en muchas ocasiones estamos al pendiente de que pasen y nosotros somos los que salimos a su encuentro entregándoles lo que puede serles útil. Y su sonrisa, su bendición nacida de su agradecimiento, son la mejor recompensa.

Pedro decidió dar por terminada la reunión. Quedaba claro que tarde o temprano Andrés haría quebrar su negocio y posiblemente hasta perdería a su familia…

Pasó el tiempo, y el vaticinio de Pedro no se cumplió. Andrés estuvo al lado de sus hijos hasta que se convirtieron en hombres y mujeres de bien, los cuales alegraron su vejez con nietos. Su negocio siguió creciendo heredándolo al final sus hijos, quienes siguieron las enseñanzas de sus padres. Fue un miembro apreciado por su comunidad, y llegado su último día, falleció con una sonrisa en los labios, agradeciendo a Dios por haberle bendecido al tener durante toda su vida a Caridad a su lado.

Pedro, en cambio, vivió consagrado a su negocio, siempre preocupado en generar más ingresos y en cómo reducir los gastos. Siguió al lado de su mujer aunque se trataban como desconocidos, y en su vejez vio con amargura cómo sus hijos se destrozaban por la herencia paterna. Al final lo abandonaron en un asilo, donde falleció rodeado de desconocidos.

Y por cierto, la esposa de Pedro se llamaba Avaricia.

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10 Comentarios »

  1. Monica 11/Ene/2014 en 9:38 pm - Responder

    Ups una gran historia, de vdd que es un viaje al futuro, ese cuento nos hace reflexionar acerca de nuestros actos. Gracias por aportarnos tanto Mauricio, reciba un abrazo y mis mejores deseos!

  2. Lucia 07/Abr/2012 en 11:16 am - Responder

    Hola! me dio gusto reconocerme en Andrés ji ji ji Felices Pascuas de Resurrección adelantadas para ti y ti familia.

    • Mauricio Priego 08/Abr/2012 en 10:49 pm - Responder

      Jajajaja
      Me alegra entonces que también compartas con Caridad su secreto.
      Igualmente mis felicitaciones y mejores deseos para ti y tu familia.

  3. Elmer D. Escoto 22/Mar/2012 en 12:10 am - Responder

    Muchas gracias, Mauricio.
    Precisamente en estos días estoy planificando abrir mi empresa y todos estos artículos serán de suma utilidad, no solamente en el comienzo, sino durante la vida de mi empresa, que espero hereden mis hijos.

    Saludos.

    • Mauricio Priego 22/Mar/2012 en 10:36 pm - Responder

      Elmer,

      Te felicito por tu decisión y tienes mis mejores deseos para que el éxito corone tu esfuerzo. Te agradezco el valor que le otorgas a los artículos del blog, y en lo que podamos apoyarte en la distancia, así sea tan solo para echarte porras, cuenta con ello.

      ¡Éxito!

  4. Mauricio Priego 03/Mar/2012 en 10:59 am - Responder

    Gracias a a todos por sus comentarios, me motivan a seguir.

    Las finanzas por naturaleza son frías y metalizadas. por lo que es muy importante fomentar y comprometerse con la Caridad al implementar cualquier estrategia para mejorar las finanzas personales. Es la diferencia entre generar riqueza en quienes te rodean, y sólo ver en la frente de tus semejantes el signo de pesos.

    Saludos desde el Mayab

  5. Garessi03 02/Mar/2012 en 1:16 pm - Responder

    Muy interesante Ing. Priego, muy interesante… millones de seres pululan sobre la superficie del Globo Terráqueo, unica ‘casa’ que tenemos los seres humanos, mismos que, en su mayoría, viven inmersos en la lucha egoista de su sobrevivencia existencial , altamente personal al ámbito de desarrollo al que usted desee voltear. Es digno de encomio el que, dentro de ese oceano de avaricia, de ese desierto de egoismo, en que se vive en la actualidad, usted luche por mantener en alto, como Tesoro de Vida, esa gota de agua, ese grano de arena, ese gran valor -en peligro de extinción- que es la CARIDAD. Una vez más, Gracias por la luz que ilumina nuestros senderos.

    Garessi

  6. IRLANDA 01/Mar/2012 en 4:37 pm - Responder

    EXCELENTES ARTICULOS.

  7. Elisa Ortiz 01/Mar/2012 en 11:42 am - Responder

    Muy buen cuento, me puso la piel «chinita» al final. Gracias!!

  8. Joel Pinto 01/Mar/2012 en 10:23 am - Responder

    Dios mío, Mauricio

    Que artículo tan bueno, aleccionador, vivido y extraordinariamente bien escrito. No puedo hacer otra cosa que compartirlo, no una, sino dos veces y darte las gracias por haber tocado de manera tan excelente el tema de la ética, la honestidad y la rectitud en la gestión de negocios.

    Realmente excelente ;-D

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