Qué hacer cuando lo que tienes que pagar es más de lo que ganas

Uno de los primeros retos al que se enfrenta la mayoría de las personas que buscan sanear sus finanzas, es como lograr distribuir sus recursos de forma que alcancen para cubrir sus necesidades, pagar sus deudas y ahorrar dinero. El problema es que muchas veces el problema que les aqueja es precisamente ése: No se tiene suficiente dinero para pagar las deudas, cubrir las necesidades y ya no digamos para poder ahorrar algo. He conocido a muchas personas que se rinden ante este reto resignándose a no prosperar financieramente o vivir acosados por sus acreedores, repitiendo a manera de justificación “Es que si tuviera más dinero…”.

En las finanzas personales ocurre lo mismo que con la salud. Si tu bolsillo está enfermo hay que encontrar el origen de la enfermedad y tomar la medicina necesaria. El premio al final será recuperar la salud, que en finanzas significa, precisamente, el tener los recursos para ahorrar e invertir, cubrir los gastos y afrontar las deudas.

Reconocida la enfermedad, es hora de la receta:

Requieres tomar 1 cápsula diaria de disciplina, 1 cucharada de determinación con cada comida y una inyección en la mañana de constancia para llevar acabo las siguientes actividades:

1. Liquida tus deudas

• Reúne tus estados de cuenta y suma sus saldos para así saber a qué te enfrentas
• Deja de utilizar tus tarjetas de crédito y no busques nuevos préstamos
• Revisa tu presupuesto y determina que puedes recortar para así incrementar tu capacidad de pago. ¡Animo! Recuerda que, si le hechas ganas, esto será temporal.
• Cubre siempre el mínimo de todas tus cuentas, y el resto del dinero destinado a pagos concéntralo en pagar aquella deuda con la tasa de interés más alta.
• Si son demasiadas cuentas o no puedes afrontar el mínimo de todas ellas, consolídalas en una sola (algunos bancos dan esta opción, o saca un único préstamo de tasa baja para cubrirlas todas y así enfocarte en una sola deuda).
• No dudes en acercarte con tus acreedores para negociar el pago. Cualquiera de ellos prefiere buscar junto contigo la forma en que sí puedes pagarle a incrementar su cartera vencida.

2. Prioriza y presupuesta tus gastos

• Si aún no llevas un presupuesto para planear tus gastos, es hora de empezar a hacerlo.
• Separa tus gastos en básicos (casa, comida, luz), prioritarios (escuelas) y generales (esparcimiento, servicios – peluquería, lavandería)
• Elimina los gastos generales que puedas, reduce en lo posible los prioritarios, y ajusta los básicos. Recuerda ser honesto contigo mismo y que la severidad de la medida depende de tu situación en particular: lo que buscas es saldar tus deudas lo más pronto posible.
• Vigila muy de cerca esos pequeños gastos que muchas veces pasan desapercibidos y que tienen la capacidad de mermar severamente tu capacidad de pago: los llamados gastos hormiga (el cafecito diario, el refresco porque hay sed, el dominó con los cuates, el periódico)
• Una vez hecho el presupuesto básico sabrás el total del que dispones para saldar tus cuentas… y conociendo el total de las mismas, tendrás una idea del tiempo que te llevará sanear tus finanzas. Al igual que una enfermedad puede llevar varios meses de rehabilitación, igual pasa con tu bolsillo.
• Es muy importante que no te enfoques en las limitaciones y los sacrificios que realizas ya que esto merma tu espíritu y con ello tu determinación. Esas limitaciones y sacrificios son temporales. Pon la mira en la salud y tranquilidad financiera que coronará tus esfuerzos.

3. Genera nuevos ingresos

• Muchas personas, ante la realidad que el dinero no les alcanza, recortan sus gastos o, peor aún, incrementan sus deudas para poder cubrir sus necesidades y pagos sin descubrir que únicamente están alimentando una ilusión y alargando la agonía. La mejor solución para la falta de dinero siempre será esforzarse para ganar más.
• Si ya tienes un ingreso fijo (un empleo por ejemplo, no importando si tú eres tu propio patrón), no busques otro: Es preferible que vendas algún producto o servicio ya que esto te ayudará a desarrollar tu habilidad para ubicar oportunidades y generar nuevos ingresos.
• No dudes en comenzar vendiendo productos por catálogo o participando en alguna red de mercadeo. Estas últimas tienen programas muy interesantes de capacitación y motivación para sus miembros.
• Si bien hay quien nace con la habilidad del comercio, la buena noticia es que ésta, como cualquier otra, puede ser desarrollada. Y la mejor manera de desarrollarla es capacitándote y relacionándote con personas que estén en el mismo sendero que tú.
• Déjate asesorar por las personas que saben… de preferencia, ubica alguna que en especial consideres que ha logrado crear un negocio exitoso y pídele que sea tu mentor. Las personas que han logrado cosechar el fruto de sus propios esfuerzos normalmente son agradecidas con la vida, y no dudan en apoyar a quien descubren que busca honesta y fervientemente salir adelante.
• Una vez que el ingreso adicional comience a fluir, por favor, no incrementes tus gastos. Primero saca a tu bolsillo de terapia intensiva y después integra esos recursos frescos a tu presupuesto dando prioridad al ahorro.
• Mantén la visión de que el dinero puede llegar a trabajar para ti generándote por sí solo un ingreso a través del ahorro y la inversión.

4. Asigna prioridades y sé persistente

• En todo plan de saneamiento financiero lo más apremiante es saldar las deudas ya que representan un agujero en tu bolsillo por donde se escapa el dinero.
• Si tu círculo de amigos te presiona al gasto y con ello al endeudamiento, evalúa si no es momento de cambiar ése círculo de amigos.
• No dudes en establecer un presupuesto austero el cual te permita destinar mayores recursos al pago de tus deudas.
• Conforme vayas recuperando poder adquisitivo, da prioridad al ahorro e inversión en tu presupuesto.
• Antes de endeudarte nuevamente, busca cómo generar el ingreso suficiente para poder pagar de contado aquello que quieres adquirir.
• Lee libros de superación personal.
• Capacítate en la gestión de las finanzas personales.
• Relaciónate con personas que te puedan aconsejar y te sirvan de apoyo en los momentos de duda.
• Sé fiel a tus principios, así como a los valores morales y espirituales.
• Cree en ti mismo, da lo mejor de ti, y te garantizo que lograrás tus objetivos.

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